Los T. rex no eran como los científicos pensaban

El año pasado salió un estudio que subrayaba una valiosa capacidad de los T. rex. En 2024, llega su contraparte a señalar un error.

Hace no mucho, en 2023, un estudio apuntó que la inteligencia de los T. rex era verdaremante destacable en el reino animal de su época. Es más, si vivieran en la actualidad, también brillarían por esta capacidad, pues estarían al nivel de los monos modernos. Eso fue lo que sugirió la publicación del año pasado.

La hipótesis, que surgió tras la investigación no tardo en tener sus opositores. Ahora, más allá del escepticismo que despertó la posibilidad, quienes no la apoyaron tienen nuevos fundamentos para negar que los T. rex fueron animales particularmente inteligentes.

Ni tan inteligentes

Un nuevo trabajo de investigación, publicado en The Anatomical Record, y dirigido por el zoólogo Kai Caspar, de la Universidad Heinrich Heine (Alemania), puso de relieve que las mediciones del cerebro de estos dinosaurios, en el estudio de 2023, eran inexactas.

De una medición incorrecta del tamaño del cerebro de los T. rex vinieron las estimaciones que colocaron a estos seres prehistóricos en una posición de abundancia neuronal.

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«La posibilidad de que el T. rex pudiera haber sido tan inteligente como un babuino es fascinante y aterradora, con el potencial de reinventar nuestra visión del pasado», explica en un comunicado el paleontólogo de la Universidad de Southampton (Reino Unido) Darren Naish. «Pero nuestro estudio muestra cómo todos los datos que tenemos están en contra de esta idea».

Con lo de 2023, la idea era que el cerebro del T. rex ocupaba la mayor parte del espacio endocraneal. Precisamente de ahí llegó un porcentaje de la incredulidad de varios científicos, ya que esa distribución no era nada común entre los dinosaurios.

Agreguemos que, en caso de que el estudio anterior estuviera en lo correcto, el número de neuronas no se corresponde de forma fiable con la inteligencia, sostienen los autores del nuevo artículo.

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Es en eso último donde los científicos consideran que es importante detenerse: en ver qué relación puede tener el número de neuronas con otras variables biológicas, especialmente el rendimiento cognitivo. Por su puesto, eso ayudaría bastante al estudio de los animales que siguen poblando la Tierra.