La Tierra es redonda, y así es como los científicos lo saben, sin ir al espacio

Existen formas sencillas de poner a prueba el hecho de que la Tierra es redonda. Aquí te compartimos las más importantes de esas.

Aunque para muchas personas la polémica terraplanista es motivo de gracia, es cierto que el tema ha tomado mucha fuerza, y lo sigue haciendo. La sospecha tiene como base el que un porcentaje mínimo de personas ha salido del planeta y ha tenido la oportunidad de verlo desde el espacio. Dada esa circunstancia, hay quienes creen que, por buenas razones, al resto de la humanidad se nos ha ocultado la verdad. No obstante, sin la necesidad de traspasar los límites de nuestro mundo, los científicos tienen argumentos para sostener que la Tierra es redonda. Estos son algunos de ellos.

Formas de comprobar que la Tierra no es plana

Mira un eclipse lunar

Cuando se presenta este fenómeno, la Tierra pasa entre la Luna y el Sol, lo que hace que el planeta proyecte su sombra sobre nuestro satélite natural.

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En ese momento, podrás notar que la sombra de la Tierra en la Luna se curva. Si el planeta fuera redondo, definitivamente no se produciría ese efecto.

Pon atención a los husos horarios

La Tierra rota sobre su propio eje, por ello, una parte de ella es iluminada por el Sol, cada cierto tiempo, mientras que la otra permanece en oscuridad. De modo que si viviéramos en un mundo plano, siempre veríamos a la estrella de nuestro sistema planetario.

Experimenta el efecto Coriolis

El efecto Coriolis es aquello que se observa en un sistema de referencia en rotación (Ej. La Tierra) cuando un cuerpo se encuentra en movimiento respecto a ese mismo punto referencial (Ej. Un avión).

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Si la Tierra fuera plana, las cosas que se mueven libremente, como los aviones o los huracanes, no se desviarían hacia la derecha cuando estás al norte del ecuador o hacia la izquierda cuando estás al sur de este.

Observa las estrellas

Aristóteles fue el primero en tomar como referencia a las estrellas para determinar que la Tierra es redonda. Y es que él notó que las constelaciones que se ven son diferentes cuando uno se aleja del ecuador.

Dicho de otra manera, mientras más nos distanciamos de esa línea imaginaria, más se alejan las constelaciones “conocidas” hacia el horizonte, para ser sustituidas por otras estrellas. Esto no ocurriría si la Tierra fuera plana.