Los brazos cortos del T-rex serían el resultado de un proceso evolutivo que habría protegido dichas extremidades ante una amenaza latente
Si los dinosaurios por sí mismos resultan fascinantes para la ciencia, con más razón atraen los enigmáticos depredadores de aquellos tiempos. En este sentido, el Tyrannosaurus rex es motivo de varias investigaciones que buscan descubrir cómo era este animal. Una de las preguntas que, con ironía, continúa planteándose, tiene que ver con el tamaño de los brazos del T-rex. Mucho se ha dicho sobre el tema, ya que pone en entredicho la misma lógica evolutiva.
Por su puesto, a la fecha existen teorías que buscan dar un sentido a este asunto, sin embargo, ninguna parece llevarse la aprobación de la mayoría científica. Esto podría estar por cambiar. Recientemente, el paleontólogo estadounidense, Kevin Padian ha dado a conocer, en una publicación de la revista, Acta Palaeontologica Polonica, la que podría convertirse en la propuesta más aceptada sobre el reducido tamaño de los brazos del T-rex. Estos es lo que sabemos.
Otras teorías
Una de las primeras teorías sobre el tema vino de parte de Henry Fairfield Osborn, el hombre que describió y puso nombre al enorme depredador. De acuerdo con su perspectiva, los brazos cortos del T-rex serían así debido a que funcionarían como «abrazaderas pectorales”. Es decir, estas extremidades resultarían necesarias para sostener a la hembra durante la cópula. Además de no contar con evidencia, esta teoría carece de suficiente apoyo, puesto que el tamaño del Tyrannosaurus rex se opone al uso descrito.
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También se ha mencionado que, muy probablemente, los brazos del T-rex fueran una especie de apoyo del cual se valía este dinosaurio para levantarse en caso de caídas u otros incidentes. En resumidas cuentas, estos miembros del cuerpo del Tyrannosaurus rex serían esenciales para erguirse.
Hasta el momento, la teoría más aceptada sobre el pequeño tamaño de los brazos del T-rex es la del crecimiento alométrico. Este tipo de desarrollo es el que se relaciona con la madurez desigual de los órganos y otras partes del cuerpo. De ser así, dichas extremidades no habrían sido siempre tan diminutas, sino que su desarrollo se hubiese rezagando con respecto a otras áreas de la anatomía de este dinosaurio.
Kevin Padian sostiene que este tipo de teorías no tienen suficiente solidez, debido a que no responden la principal de las cuestiones: ¿por qué se volvieron tan cortos los brazos del T-rex? El paleontólogo estadounidense afirma que debe haber alguna ventaja en el hecho de que estos miembros se redujeran tanto. En otras palabras: tiene que existir un sentido evolutivo.
¿Por qué los brazos del T-rex eran tan pequeños?
La investigación de Kevin Padian propone algo distinto. Según lo planteado por esta nueva hipótesis, los brazos del Tyrannosaurus rex se fueron acortando para evitar ser mutilados accidental o intencionalmente. Padian señala que estas extremidades habrían sido resultado de la selección natural que beneficiaría al dinosaurio en diversas circunstancias. Un ejemplo es la alimentación junto a otros miembros de la especie, momento justo en que alguno de ellos podría resultar herido por la voracidad del instante.
Lo que Padian propone daría una mayor lógica a la cuestión. De este modo, los T-rex no tendrían tan expuesta una parte de su cuerpo que bien podría ser amputada con facilidad. La evolución habría, entonces, favorecido la protección de estas extremidades del dinosaurio, las cuales estarían en alto riesgo en caso de ser más grandes.
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A pesar de que la hipótesis de Padian toma en cuenta aspectos importantes del comportamiento evolutivo, hay quienes no comulgan con esta nueva idea. Es el caso de Thomas Holtz, un paleontólogo estadounidense de la Universidad de Maryland. Holtz dice que, en efecto, tiene lógica que los T-rex pudieran resultar heridos si muchos individuos se estuvieran alimentando al mismo tiempo, no obstante, lo que él no cree es que esto haya sucedido con la regularidad suficiente para generar una presión selectiva.
Padian reconoce que esta hipótesis aún debe ser estudiada con más rigor. Considera que su propuesta necesita ser analizada entre un grupo de especialistas que trabajen con distintos ejemplares conservados. Solo así se podrá dar con el sustento que tanta falta hace para responder con más seguridad la pregunta.
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