La víbora de la muerte se ocultaba a simple vista.
Durante siglos, una serpiente sumamente venenosa se las ingenió para reptar fuera del radar científico en la maleza australiana.
Pero ahora, los científicos finalmente han identificado a la nueva especie de ?víbora de la muerte?, Acanthophis cryptamydros, que vive en el extremo noroeste del continente.
?Fue una sorpresa enorme y ni siquiera estábamos buscando una nueva especie. Tuve que rehacer todo mi trabajo para asegurarme de no haber cometido un error?, dice el líder del estudio, Simon Maddock, estudiante doctoral de un programa conjunto de University College Londres y el Museo de Historia Natural de Londres. (Fotografías: El top 10 de nuevas especies)
La nueva especie mide 51 centímetros de largo y como muchas otras víboras de la muerte, es de color pardo rojizo.
Sin embargo, Maddock no descubrió al reptil durante una expedición por el interior australiano, sino al estudiar el ADN de varias especies de víboras de la muerte, grupo de serpientes nativas de Australia, Nueva Zelanda e Indonesia, consideradas entre las más venenosas del mundo.
Oculta a simple vista
Resulta que es difícil distinguir entre muchas de las ocho especies de víboras de la muerte ?cifra aproximada, pues existe controversia en cuanto al número exacto de especies-, ya que aún los individuos de una misma especie pueden presentar patrones de coloración notablemente diferentes. (Lee: ¿A qué se debe el complejo diseño en las serpientes?)
La nueva especie de serpiente ?se parece mucho a la víbora de la muerte del norte, A. rugosus, y tal vez por eso nadie la había descubierto hasta ahora?.
Con ADN de víboras de la muerte obtenido de diversos museos y las muestras recogidas, específicamente, para su investigación, Maddock y sus colegas secuenciaron ciertos genes para averiguar cómo y cuándo evolucionaron los reptiles.
?Al analizar nuestros datos de ADN, determinamos que era un grupo de serpientes completamente distinto?, dijo Maddock, cuyo estudio fue publicado hace poco en la revista Zootaxa.
Para demostrar, de manera concluyente, que había descubierto una especie nueva, Maddock solicitó especímenes adicionales de museos de todo el mundo y sus colegas salieron al campo para capturar más serpientes. Analizaron un total de 112 especímenes, incluidos 32 ejemplares de la nueva especie de víbora de la muerte.
?Es un estudio muy exhaustivo e importante?, afirma Dan Rabosky, biólogo evolucionario y curador de herpetología en la Universidad de Michigan.
?La mayoría pensamos que Australia, como país del Primer Mundo, ha sido explorada en su totalidad, y esto demuestra lo poco que sabemos?.
Depredador de emboscada
La mitad occidental de Australia, sobre todo la región de Kimberley y el Territorio Norte, alberga una variedad tremenda de especies, incluidas varias víboras de la muerte.
?Es un ambiente muy antiguo y estable, y hay muchas especies que merodean en la región?, dice Maddock, líder del estudio.
A diferencia de algunas serpientes que persiguen a sus presas, una víbora de la muerte aguarda a que la víctima cruce por su camino y la atrae sacudiendo su cola, corta y parecida a un gusano.
Cuando el musculoso depredador detecta un pequeño roedor, una lagartija u otra serpiente (su alimento favorito), se abalanza sobre la víctima y hunde sus colmillos, inyectándole un veneno mortal.
Pese a su ominoso nombre, las víboras de la muerte no buscan a las personas y solo atacan si se sienten amenazadas por su cercanía. Algunos creen que el término ?víbora de la muerte debiera cambiarse por ?víboras sordas?, ya que estos animales no perciben los sonidos.
Podríamos decir que dan un nuevo significado a la expresión ?silencioso, pero mortal?.