El viento amaina y el interminable sol estival calienta los estanques dispersos en la congelada tundra. Emergen entonces unos de los depredadores más feroces del Ártico, formando ominosos nubarrones que ensombrecen el horizonte, y el ánimo de todos.
“En el pueblo solo hablan de la aparición de los mosquitos del Ártico”, dice Lauren Culler, entomóloga que realiza una investigación postdoctoral en Groenlandia para el Instituto de Estudios Árticos de Dartmouth College.
“En el Ártico no hay muchos animales para alimentarse, así que cuando encuentran uno, se vuelven feroces. Son implacables, nada los detiene. Te persiguen a todas partes”.
Y parece que el cambio climático podría empeorar la situación.
El tamaño de los ejemplares que forman la plaga es mayor debido al calentamiento global.
Foto: Lauren Culler
Los grandes mosquitos hematófagos son una plaga para personas, caribús, renos y otros mamíferos que habitan el helado norte. Pero conforme aumenta la temperatura, los insectos que viven por arriba del Círculo Ártico emergen antes, crecen más rápido y sobreviven más tiempo, revela la nueva investigación de Culler, publicada recientemente en Proceedings of the Royal Society B.
El estudio predice que si la temperatura ártica aumenta 2 grados centígrados, la probabilidad de que los mosquitos jóvenes alcancen la adultez se incrementa 53 por ciento. A diferencia de sus parientes de los trópicos, las especies árticas no son portadoras de enfermedades humanas; no obstante, el cambio podría tener consecuencias desastrosas para los caribús y trastornaría la ecología de la tundra, donde los mosquitos polinizan plantas y sirven de alimento a las aves y otros insectos.
El deshielo precipita la eclosión
Durante dos recientes temporadas de campo en Groenlandia, Culler halló que el Ártico está calentándose dos veces más rápido que el resto del planeta, de suerte que los estanques y lagos de la tundra se deshielan hasta varias semanas antes. Y cuando eso sucede, los mosquitos emprenden el vuelo anticipadamente.
“De hecho, el deshielo de los estanques fue lo que precipitó la eclosión”, informa Culler. “No es de extrañar. Muchas cosas en biología son iniciadas por la fusión del hielo”.
Sin embargo, también descubrió que el calentamiento permitía que los insectos se desarrollaran más rápido, lo que tenía un enorme impacto en su supervivencia. Los mosquitos son más vulnerables en las primeras etapas de vida, cuando escarabajos acuáticos los devoran fácilmente; y aunque esos escarabajos están comiendo más y crecen más rápido, cada vez más mosquitos alcanzan la etapa adulta.
Los caribúes dedican más tiempo a librar los ataques masivos de moscos que a comer.
Foto: Lauren Culler
“Cuanto más rápido pasan por sus etapas vitales, mejores son sus probabilidades”, explica Culler.
“Si tu exposición es de 20 días en vez de 24, tu situación es más favorable. Son cuatro días en que ya no tienes que preocuparte de que algo te coma”.
Pero eso es solo el principio.
Es común que los mosquitos árticos emerjan juntos en enjambres masivos (por esa razón se les llama, en broma, “el ave estatal de Alaska”), y es difícil exagerar su magnitud. En Groenlandia, un colega de Culler fue atacado por más de 100 mosquitos a la vez. Y los insectos de esa región son benignos, comparados con el resto del Ártico. “Pueden cubrirte por completo en cuestión de segundos”, asegura Culler.
Lo que para las personas es, eminentemente, una molestia, puede representar una amenaza para poblaciones enteras de animales.
Cuando los insectos lanzan ataques masivos contra caribús o renos, los mamíferos corren hacia zonas nevadas o congeladas o crestas ventosas para escapar de la arremetida. Y cuanto más tiempo pasan escapando del enjambre de insectos, menos pueden dedicar a alimentarse. Estudios previos han demostrado que las poblaciones de caribús y renos declinan cuando aumenta el acoso de los insectos, y muchas de esas poblaciones ya empiezan a menguar.
Además, cuanto antes inicie el deshielo de los estanques, más alineada estará la aparición de los mosquitos con el nacimiento de las crías de caribú. La capacidad reproductiva del mosquito depende de que la hembra adulta encuentre sangre para nutrirse y como el periodo de parto limita las posibilidades de fuga de la manada de caribús, los mosquitos hembra disponen de un suministro aun mayor de sangre de mamífero.