Las poblaciones de osos están recuperándose en todo el territorio norteamericano y esto es lo que necesitas saber si acaso llegas a encontrarte con alguno.
En EUA los osos están regresando: Desde las montañas de Maryland hasta los pantanos de Florida y las cumbres nevadas del oeste estadounidense. Gracias a la reglamentación de la caza y la expansión de los hábitats, “hemos observado un incremento drástico en el tamaño de las poblaciones de osos en todo el territorio de Estados Unidos, así que la gente comenzará a encontrarlos cada vez con más frecuencia”, informa Dave Garshelis, líder del proyecto de osos del Departamento de Recursos Naturales de Minnesota.
En agosto, un grizzli mató a un senderista en el Parque Nacional Yellowstone, un incidente trágico aunque en extremo raro, según expertos. De hecho, las probabilidades de resultar lesionados por un oso son de aproximadamente 1 en 2.1 millones, informa el Servicio de Parques Nacionales. En otras palabras, es más probable que nos mate una abeja que un oso.
“Hay muchos mitos sobre las causas de los ataques de osos”, comenta Tom Smith, biólogo de la Universidad Brigham Young, en Utah.
“Si quisiera enfatizar un aspecto clave, diría que la gran mayoría de esos encuentros negativos son evitables. Las personas que se internan en territorio de osos no sufren lesiones, necesariamente; y los osos tampoco. Esos incidentes son prevenibles, pero los humanos deben ser más responsables”.
Sigue estos consejos y actúa inteligentemente en un hábitat osuno, bien sea en las profundidades del bosque o en el jardín de su casa:
Conoce a tus osos
Hay tres especies de osos en Norteamérica: oso negro, oso pardo (que incluye a la subespecie Ursus arctos horribilis, conocida comúnmente como grizzli) y el oso polar.
Averigüa cuáles especies viven en tu región o en la zona que pretendes visitar. Algunos lugares, como el Parque Nacional de los Glaciares, en Montana albergan tanto osos pardos (grizzlis) como osos negros. Y a veces es difícil distinguirlos, pues los osos negros pueden ser marrones, como los grizzlis. No obstante, los osos negros suelen ser más pequeños.
Fotogalería: Osos, del pardo al rojo
Smith hace notar que, en Alaska, los osos pardos causan más lesiones que cualquier otra especie de oso. El encuentro promedio con un oso pardo es más peligroso que el encuentro promedio con un oso polar (la probabilidad de sufrir lesiones es 3.5 veces mayor) y es 21 veces más peligroso que el encuentro promedio con un oso negro, informan Smith y su colega Stephen Herrero, profesor emérito en la Universidad de Calgary, Canadá.
Según su nuevo análisis, más de la mitad de los ataques terminaron en menos de tres minutos, “lo que es consistente con la teoría de que la motivación primaria de los osos agresores es neutralizar una amenaza potencial y una vez que terminan, siguen su camino”, dice Smith.
No los atraigas accidentalmente
Los osos tienen mejor olfato que los perros y adoran la comida de los humanos. Así que la principal estrategia para evitar enfrentamientos es minimizar olores o atrayentes en su cuerpo, campamento o propiedad.
“Si practica senderismo, tenga más cuidado con el tipo de aromas y cosas que lleve consigo”, como alimentos, desodorante y hasta goma de mascar, aconseja Garshelis.
Lleva repelente de osos
“Algo realmente estupendo” para prevenir un ataque, sobre todo de grizzlis, es el repelente de osos, un tipo de aerosol de pimienta, asegura Garshelis.
Sugiere practicar antes de tener que usarlo, para familiarizarse con el alcance del rocío (házlo al aire libre y a favor del viento; el repelente es muy potente). También advierte que cualquiera que se interne en territorio de osos debe llevar el repelente en una funda colgada frente al cuerpo, para no tener que buscarlo si de pronto topa con un grizzli.
En un estudio de 2008, en el que participaron Smith y Herrero, los investigadores hallaron que, en el periodo de 1985 a 2006, el repelente de osos tuvo una eficacia de 92 por ciento para evitar ataques de las tres especies norteamericanas en Alaska. Así mismo, 98 por ciento de las personas que han llevado consigo el producto han salido ilesas de encuentros cercanos con osos.
Viaja en grupos
Es verdad que internarse a solas en el bosque es una experiencia maravillosa, pero en términos de seguridad, es mejor caminar en grupos de tres o más personas, dice. Es más probable que un oso retroceda si ve u olfatea a varios humanos que se aproximan en grupo, en vez de un solo individuo.
“En buena medida, solo quieren evitarnos”, asegura.
Del total de lesionados en el Parque Nacional Yellowstone desde 1970, 91 por ciento salió de excursión a solas o con un solo acompañante.
Si en el área que visitarás permiten la entrada de perros, puede ser conveniente que los lleves contigo, porque los canes suelen ahuyentar a los osos. No obstante, esta estrategia puede ser contraproducente: si el perro se adelanta y encuentra a un oso, el plantígrado podría perseguirlo, cosa muy peligrosa no solo para el can sino también para el amo si la mascota regresa corriendo a su lado.
Manténte alerta a cualquier indicio de osos
Por ejemplo, si descubres heces frescas, es porque un oso estuvo por allí recientemente. “Es conveniente que se mantenga alerta y piense detenidamente, ‘¿Cómo voy a responder?’”.
Tampoco te entregues a ensoñaciones; manténte enfocado y mira a tu alrededor mientras caminas.
Si un oso ataca o te persigue, responde según la especie del animal.
“Si se encuentra en un área donde solo hay osos negros, puede mostrarse valeroso y agresivo frente al oso que se aproxima”, informa Garshelis. Arroje objetos, párese muy erguido, grite y la mayoría de los osos negros retrocederá; aunque, por supuesto, no es una estrategia infalible.
“He visto videos espeluznantes donde osos negros han atacado personas que estaban haciendo todo correctamente”, dice. “Nada es 100 por ciento seguro”.
Si encuentras un grizzli, tu actitud debe ser completamente la opuesta: retrocede lentamente y aléjate sin provocar al animal, dice.
Esto es aún más importante si se trata de una hembra con oseznos, pues son particularmente peligrosas.
Al sentirse amenazadas, las hembras grizzli suelen pararse en dos patas, patean el suelo y resoplan. Sin embargo, “están anunciando su nerviosismo; no es agresividad”, asegura Garshelis.
En su análisis de 675 ataques de osos en Alaska, Smith y Herrero concluyeron que la gran mayoría de los incidentes en que los osos embistieron, se debieron a que humanos y plantígrados se enfrentaron a corta distancia, alrededor de 9 metros o menos.
En más de 50 por ciento de esos encuentros, las personas no sufrieron lesiones físicas. De los 313 casos en que los osos hirieron a los humanos, 36 por ciento de las lesiones fueron infligidas en piernas y pies, 18 por ciento en la espalda, 18 por ciento en brazos y 9 por ciento en cabeza y cuello.
Nunca corras
“Es imposible correr más rápido que un oso”, asegura Garshelis. “Lo mejor que puede hacer es alejarse despacio, si es que el oso ya lo vio claramente”.
No pierdas de vista al animal mientras se aleja, y algunos expertos sugieren que hables con voz alta y serena.
Cuándo hacerse el muerto
Házte el muerto solo después que el oso haya hecho contacto contigo.
Si es un oso negro, intenta luchar. Si la estrategia no resulta, tiéndete sobre su vientre (para proteger órganos vitales), cúbrete la nuca con las manos y flexiona las rodillas. Para entonces, es posible que el oso se dé por vencido y se marche.
Si es un grizzli, no intentes defenderte. “Cuando se abalance sobre usted y no pueda hacer algo, déjese caer y hágase el muerto”, dice Garshelis.
El Parque Nacional Yellowstone ha rastreado encuentros con osos desde 1970. En su análisis, descubrió que 75 por ciento de los individuos que se hicieron el muerto al ser atacados durante un encuentro sorpresa, solo sufrieron heridas menores. En cambio, 80 por ciento de quienes intentaron defenderse recibieron heridas graves.
El análisis de Smith y Herrero también reveló que las cosas no siempre terminan bien para el oso: en 600 enfrentamientos físicos con humanos, los osos perdieron la vida en 34 por ciento de los casos, debido a lesiones resultantes del incidente o por acciones administrativas posteriores.
Sé tolerante y mantén la perspectiva
“La tolerancia es fundamental para convivir con la vida salvaje”, dice Garshelis.
Por ejemplo, si tienes una casa y te gusta poner semillas para las aves, házlo en invierno, cuando las aves más lo necesitan y los osos están hibernando; de lo contario, podrías recibir un visitante inoportuno.
También recuerda que los encuentros con osos pueden ser disfrutables, a condición de que mantenga su distancia.
“Si fuera de excursión y viera un oso, lo primero que haría sería sacar mi cámara”, agrega Garshelis. “Suele ser una experiencia realmente agradable y bastante rara”.