La existencia de Jesucristo y la veracidad de los relatos bíblicos no solo son misterios religiosos, sino también arqueológicos
La historia del mesías cristiano marcó profundamente la vida de incontables creyentes. Después de milenios, los relatos bíblicos siguen siendo relevantes y también se han convertido en materia de discusión para muchas disciplinas; por ejemplo, la arqueología aun trata de demostrar o negar, en medida de lo posible, la existencia de Jesucristo. Es por ello que la llamada ‘tierra santa’ no solo resulta interesante para los creyentes.
Son pocos los académicos que ponen en duda la existencia de Jesús. Esto no necesariamente significa que crean en él como una figura mesiánica; sin embargo, algunos piensan que podría haber sido solo un hombre sabio y revolucionario. Además, existen ciertas pistas que algunos expertos atribuyen a la vida cotidiana del mesías cristiano como los lugares en los que estuvo mencionados en la biblia.
Un buen ejemplo es la Basílica de la Natividad, el templo cristiano más antiguo del mundo, donde -supuestamente- nació Jesucristo. Ahí una estrella plateada pretende marcar el lugar exacto donde nació Jesús y mientras algunos no lo ponen en duda, otros los niegan categóricamente. Ahora, la dificultad de comprobar o negar algo así por su simple antigüedad, convierte a las ‘evidencias’ en un asunto de de fe o negación.
Más allá de las capacidades milagrosas de Jesucristo, existen muestras arqueológicas que encajan con los relatos bíblicos. Es decir, algunas pruebas arqueológicas como los restos de un hombre desconocido crucificado encajan con el mundo al que describe la Biblia. Otro buen ejemplo es la casa del discípulo Pedro, pues aunque resulte imposible determinar si efectivamente vivió ahí, algunos expertos lo creen posible.
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Los esfuerzos arqueológicos para encontrar al dios cristiano
Son muchos los arqueólogos o creyentes que todos los días dedican su vida a demostrar la existencia de Jesucristo. Inevitablemente, su historia resulta interesante y consecuentemente, su veracidad o falsedad lo son también. Lamentablemente verificar o negar su existencia no es una labor sencilla, pero algunos siguen intentándolo y enfrentándose a retos relativos a la existencia de Jesús.
Por ejemplo, la Smithsonian Magazine compartió la experiencia del padre Juan Solano. Este religioso mexicano tenía la intención de fundar y dirigir un retiro cristiano en Magdala, supuesto lugar de origen de María Magdalena; sin embargo, en una excavación arqueológica por protocolo descubrió una sinagoga antigua que se interpuso entre el terreno y la construcción del enorme ‘Centro Magdala’.
«Los Evangelios dicen que Jesús enseñó y ‘proclamó las buenas nuevas’ en sinagogas ‘en toda Galilea’. Pero a pesar de décadas de excavaciones en las ciudades que Jesús visitó, nunca se había encontrado una sinagoga de principios del siglo I», señala la publicación de la Smithsonian Magazine.
El descubrimiento de la sinagoga sigue sin ser una prueba determinante, pero es una muestra de la complejidad religiosa de la época en la que vivió el mesías cristiano. Finalmente, la existencia de Jesucristo seguirá estando rodeada por misterios inexplicables solo potencialmente resueltos por la fe o la negación absoluta de las creencias cristianas.
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