Un lugar milenario y misterioso.
El mercado Tsukiji es famoso por su subasta diaria de atún. Para ingresar es necesario llegar después de la medianoche, y esperar por unas horas para ingresar en la madrugada.
En el Templo Sensoji los visitantes enjuagan sus manos para entrar, tocan una campana en el altar, depositan unas monedas, hacen dos reverencias, aplauden dos veces, juntan sus manos en oración y hacen otra reverencia antes de salir. Un acto de espiritualidad.
Las ofrendas son depositadas con devoción.
La señal en rojo en los taxis indica que este transporte está disponible para dar servicio.
En la isla de Naoshima, la calabaza amarilla de Yayoi Kusama es visita obligada. El lugar está dedicado al arte y la arquitectura.
Al llegar a la estación de Kioto resalta la modernidad y un estilo arquitectónico vanguardista.
Iwatayama, el Parque de los Monos, permite ver a los animales en libertad, e incluso alimentar a algunos.
El santuario sintoísta de Fushimi Inari es uno de los más antiguos de Japón- ya que existe desde el siglo VIII- y es el principal santuario de los dedicados a Inari, el Dios del arroz y patrono de los comerciantes.
El parque Nara, donde venados andan libremente, es el lugar predilecto de los novios para tomarse fotografías.
En Kamakura hay una estatua de Buda en bronce que data de 1252 y que había sido originalmente colocada en un templo que fue destruido por un tsunami en el siglo XV.