Arqueólogos creen haber encontrado la ciudad de Kane, sitio de una batalla importante entre Atenas y Esparta durante la Guerra del Peloponeso.
Un equipo internacional de arqueólogos y geofísicos cree haber descubierto una isla perdida en el Egeo oriental, donde alguna vez se encontraba la antigua ciudad de Kane.
Mencionada en la antigüedad por el historiador griego Jenofonte, la isla fue famosa por la batalla naval de las Arginusas, ocurrida en 406 a.C., en la cual los atenienses derrotaron a los espartanos hacia el fin de la Guerra del Peloponeso.
Las islas de las Arginusas ?hoy llamadas islas Garip- yacen a pocos centenares de metros de la costa de Turquía. Fuentes históricas antiguas citan tres islas, mas nunca se había esclarecido la ubicación exacta de la tercera.
Los investigadores perforaron el suelo y a partir de las evidencias geológicas pudieron determinar que lo que hoy es una península alguna vez que fue una isla. Sin embargo, en algún momento antes de la Edad Media, se formó un puente de tierra entre la costa y la isla. De hecho, un mapa otomano del siglo XVI demuestra que, para entonces, la isla ya se había convertido en península.
Al parecer, la isla pudo haberse conectado con el territorio continental mediante depósitos acumulados en un angosto canal natural, tal vez a consecuencia de terremotos o por la erosión de campos agrícolas en tierra firme.
Los científicos usarán datación por carbono para determinar las edades de las capas geológicas, lo cual permitirá esclarecer qué ocurrió, informa Felix Pirson, director del Instituto Arqueológico Alemán en Estambul.
Cerca de allí, los arqueólogos encontraron también restos sumergidos de una antigua bahía del Periodo Helenístico (323 a.C. a 31 a.C.), otro indicio de que la península alguna vez fue una isla.
Historia tormentosa
Aunque la antigua Kane era nada más una pequeña aldea, estaba situada en una ruta comercial marítima estratégica que originaba en el mar Negro y se extendía por la costa sur de Turquía, con una gran bahía donde los barcos podrían guarecerse de tormentas.
Una investigación previa halló en la isla restos de vasijas que sugerían rutas comerciales; y ahora, ciertos microorganismos endémicos del mar Negro, probablemente transportados en los barcos, aportan evidencias adicionales de las redes comerciales.
?La arqueología clásica se ha vuelto bastante más compleja que, digamos, hace 20 años?, señala Pirson. ?Hoy podemos estudiar las influencias ambientales incorporando muchas más técnicas sutiles?.
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Batalla histórica
La Batalla de las Arginusas fue una victoria agridulce para los atenienses. Aunque derrotaron a los espartanos, poco después se desató una tormenta que les impidió rescatar a sus compatriotas cuyos barcos habían sido destruidos. Cuando los generales victoriosos regresaron, los ciudadanos de Atenas votaron por ejecutarlos debido a que no rescataron a esos marineros.
?Aquello destruyó la moral de los comandantes atenienses e indirectamente, condujo a su derrota total al año siguiente?, informa Barry Strauss, quien estudia historia antigua en la Universidad de Cornell.
En última instancia, la venganza de los atenienses contribuyó a su caída, concuerda Paul Cartledge, de la Universidad de Cambridge. ?Los democrática Atenas logró arrancar la derrota de las garras de la victoria, pues enjuició a los ocho almirantes que ganaron la batalla y los condenó a muerte ilegalmente?.
Es improbable que haya sobrevivido alguno de los naufragios de madera de la Batalla de las Arginusas, pero una investigación ulterior tratará de establecer una cronología de los núcleos extraídos y combinará esos datos con fuentes históricas para comprender mejor las redes marítimas de toda la región.
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