El futuro de la minería lunar no agrada a científicos, pues su ejecución pondrá en riesgo aquello por lo que han trabajado durante años.
Hace unos meses, en entrevista para National Geographic en Español, el Dr. Alejandro Farah Simón, miembro del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Programa Espacial Universitario (PEU), explicó que las siguientes misiones a la Luna tendrían a la minería lunar como una de sus prioridades.
Esta cuestión, a la que que ya refería el investigador, está ciertamente entre las razones capitales para regresar, una y otra vez, a la Luna. Sucede que en el satélite natural de la Tierra hay minerales y recursos valiosos que varias empresas buscarán explotar eventualmente. El problema es que esto llevará a un conflicto entre los intereses científicos y comerciales, según apunta Daniel Clery, autor de un artículo que se publica en la revista Science.
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“La ciencia y el comercio pueden verse abocados a un enfrentamiento en un terreno remoto: la Luna”, advierte el autor. “La mayoría de los investigadores esperan con impaciencia una nueva edad de oro de la exploración y la ciencia. Pero algunos están preocupados”.
¿Qué sucederá?
Dicha preocupación viene de que los aterrizajes privados en la Luna provocarán una “fiebre lunar”, es decir, una urgencia por hacerse de los recursos del satélite, mientras que, en el proceso, se dañan yacimientos de importancia científica.
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En este sentido, los años entrantes son clave para definir qué rumbo van a tomar ambas partes. Por eso, como reporta el artículo de Science, los investigadores han empezado a presionar a los gobiernos y organismos internaciones para que hagan algo antes de que sea demasiado tarde. Actualmente, la legislación espacial ofrece poca protección a las zonas que interesan a los científicos.
Esta es una cuestión que plantea un conflicto importante para la humanidad. Durante los próximos años se verá si puede regularse la minería espacial, a fin de que esta armonice con el importante trabajo que los científicos hacen día a día.
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