La directora del Instituto de Astrobiología de NASA dio a conocer este hallazgo durante una conferencia de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia.
La directora del Instituto de Astrobiología de NASA, Penelope Boston, dio a conocer el hallazgo de microorganismos vivos en las Cuevas de Naica, en México, con una edad aproximada de 50 mil años.
?Este descubrimiento tiene consecuencias importantes en el intento por comprender la evolución de la vida microbiana en nuestro planeta?, declaró Boston durante una conferencia de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia.
Las Cuevas de Naica, ubicadas en el estado de Chihuahua, en México, son un monumento natural impresionante que fue descubierto por accidente gracias a una tarea de extracción de agua en esa zona en el año 2000. Desde entonces ha tenido mucha popularidad entre los aventureros, y sobre todo entre los científicos, pues las condiciones dentro de este sitio podrían matar a un humano en menos de 10 minutos y son el lugar ideal para buscar extremófilos, organismos con la capacidad de sobrevivir en condiciones extremas.
La búsqueda del ?tesoro?
Los científicos, liderados por Penelope Boston, encontraron 40 cepas de diferentes microbios -e incluso algunos virus- que quedaron atrapados entre los cristales de selenita de la cueva por periodos de entre 10 mil a 50 mil años.
Después de investigarlos más a fondo y resucitarlos en su laboratorio, la astrobióloga reveló que el 90 por ciento de estos organismos descubiertos no habían sido observados jamás y que son tan raros que sus parientes más cercanos son 10 por ciento diferentes genéticamente. ?Eso convierte a sus parientes más cercanos en algo todavía muy lejano, tanto como estamos los humanos de los hongos?, explicó Boston.
¿Y cómo es que pudieron sobrevivir tanto tiempo estos pequeños seres? Al estar bajo tierra, estas cuevas no reciben la luz solar, por lo que los organismos que pudieran sobrevivir en estas condiciones deben recurrir a la quimiosíntesis, un tipo de nutrición autótrofa en la que se obtiene materia orgánica a partir de inorgánica; en este caso, estos microbios se alimentan de sulfito, manganeso y óxido de cobre.
Tal vez te interese: El tardígrado, el animal más resistente del planeta
Una aventura muy extrema
Las Cuevas de Naica se encuentran a 800 metros de profundidad, la temperatura oscila entre 40 y 60 grados centígrados, la humedad puede alcanzar un 98 por ciento y la atmósfera es ácida.
Para poder explorar estas cuevas en busca de vida, los investigadores tuvieron que usar versiones económicas de trajes espaciales para proteger su piel y evitar la contaminación por agentes externos. El calor extenuante también fue un problema y tuvieron que colocarse bolsas de hielo por todo el cuerpo y trabajar por periodos de entre 8 y 10 minutos, para después meterse a una bóveda con una temperatura controlada de 38 grados centígrados, con condiciones relativamente más agradables para evitar la deshidratación.
Contaminación espacial
Este hallazgo es vital para entender la evolución de la vida microbiana en la Tierra, pero también hace pensar a los astrobiologos que trabajan en la planeación de misiones de exploración espacial en los posibles riesgos de contaminación interplanetaria.
El descubrimiento de estos organismos que pudieron sobrevivir a condiciones tan extremas es también una señal para reforzar los procesos de descontaminación de los instrumentos que se envían a diferentes puntos del sistema solar en busca de muestras, como es el caso de los robots de NASA enviados a Marte, como Curiosity.
Tal vez te interese: Ir a Marte podría arruinar la búsqueda de vida alienígena