La plaza más grande del mundo ha sufrido diversos cambios a través de los siglos.
La Plaza de la Constitución de la Ciudad de México es, además de icono del DF, punto ya legendario de reunión. Durante el imperio azteca, en este lugar se encontraba el Templo Mayor y el Palacio de Moctezuma Xocoyotzin. Tras la conquista española se erigieron sobre los restos de estas construcciones la Catedral Metropolitana y el Palacio del Virrey (hoy Palacio Nacional), para simbolizar los nuevos poderes religioso y político del Virreinato de la Nueva España. Desde 1813 es llamada Plaza de la Constitución, su fisonomía ha cambiado constantemente: ha tenido jardines, esculturas, quioscos… pero más allá de esto siempre ha sido el corazón de la ciudad. En 1933, con Abelardo Rodríguez como presidente, se conmemoró la Feria Nacionalista que atrajo a personas de toda la metrópoli con deseos de divertirse y ese ímpetu ha permanecido, como se ve en esta imagen.
El zócalo, con su enorme bandera ondeante y su superficie de más de 46,800 metros cuadrados, ha sido testigo de otro tipo de verbenas: desde conciertos masivos, como los de Celia Cruz y Café Tacuba, hasta escenario de la foto de desnudos masivos de Spencer Tunik o foro del EZLN, en marzo de 2001; o más recientemente de la pista de hielo más grande del mundo (3,200 metros cuadrados) con capacidad para 1400 patinadores. En este tercer año a la verbena sobre hielo se suma un tobogán y una zona de nieve natural. El ambiente festivo ha permanecido durante siglos.