El urbanismo neoyorquino llega al Casco Viejo de Panamá
Hoteles de lujo hay en todo el mundo, pero una nueva raza brilla en Panamá, un país que mezcla la cultura española, francesa y estadounidense. El Tántalo llama la atención por brindar un microcosmos donde artistas y huéspedes interactúan. Se localiza entre edificios históricos y callejuelas en la Ciudad Vieja, conocida como Casco Viejo (nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO).
La colección de ruinas de edificios ha cambiado por una nueva cara, la mayor parte se ha rescatado y convertido en el lienzo favorito para el arte callejero y la expresión artística.
Abrió en 2012 con el objetivo de representar la verdadera escena panameña. Se ubica en un edificio de apartamentos construido en 1970 y forma parte de Blesso Properties, un desarrollo inmobiliario innovador con sede en Nueva York. Fue remodelado mezclando toques modernos de la Gran Manzana con la arquitectura colonial.
En el interior lo primero que salta a la vista es un muro verde, una celebración de ocho metros de ancho y dos pisos con 983 ejemplos de la flora autóctona de Panamá, alimentado por agua de lluvia.
Posee 12 habitaciones, cada una incorpora obras de arte de artistas emergentes locales. Se utilizaron muchas técnicas artísticas distintas como la fotografía, graffiti y cajas de luz.
La zona de registro es muy pequeña y el resto de la planta baja es un hervidero de energía que satura con el arte. En el vestíbulo se puede disfrutar de algunos de los cócteles de la casa o café helado. El restaurante es de estilo comunal, espera degustar platos internacionales diseñados para compartir.
Durante todo el año encontrarás festivales de arte, espectáculos y demostraciones de arte público. Hay actividades para todos los gustos, desde deportes de aventura hasta el descanso en playas de arena blanca.
EL CUENTO DETRÁS DE TÁNTALO: La palabra «tentar» viene de la difícil situación del personaje mitológico Tántalo, un rey griego e hijo de Zeus. Tántalo era admirado por los mortales porque a menudo lo invitaban a comer con los dioses. Para impresionar más a los mortales, una noche, Tántalo robó el divino alimento y bebidas de los dioses. Presentó la recompensa ante los mortales. Los dioses se mostraron tan ofendidos por la traición que lo condenaron a un más allá del hambre y la sed eterna.