Editorial. Marzo 2011. Fernanda González Vilchis.
Viajar a un lugar sin probar su comida es perderse la mitad de la aventura. La cultura culinaria es parte integral de la cultura local. No hay nada más triste que un amigo estadounidense que equipara la comida mexicana a los burritos y nachos. Dan ganas de invitarlo a comer a Oaxaca, Veracruz, Puebla o al DF. Lo más interesante de los lugares se plasma en los sabores locales, en la mezcla de los ingredientes.
En un viaje reciente a San Francisco descubrió que la tendencia gourmet era, más allá de lo orgánico, lo local. En el Blue Plate, en el barrio de Potrero, el chef cocina lo que encuentra en el mercado y su cocina es alabada como la tendencia más vanguardista del Bay Area. En la mayoría de los pueblos y pequeñas ciudades de México esta ha sido la tendencia desde siempre: se cocina con lo que hay de temporada y lo que se cultiva en la tierra. Por lo tanto, hemos dedicado esta edición especial a los viajes con sabor local.
Así el viaje por Michoacán es una oda al buen comer, tanto como un recorrido por las calles y mercados de Tailandia. En Amalfi, Italia, la búsqueda por el acercamiento a la cocina se convierte en una aventura que se centra en unas clases.
En Colombia nuestra coordinadora editorial va en busca de una gran taza de café durante su recorrido por Bogotá, Medellín y el triángulo del café. En cada uno de los artículos se desarrolla una relación con los lugares y su gente a través de disfrutar las delicias culinarias locales. ¡Buen provecho!