En un barco, alguien quiso llegar al Polo Sur.
Al leer a Darwin he pensado en la absoluta importancia para el conocimiento universal que tiene el hecho de dedicar varios meses de trabajo a una actividad aparentemente anodina, como conocer a fondo el comportamiento de una rana endémica de las islas Galápagos. Esta rana tiene respuestas a preguntas que el científico ni siquiera se ha formulado acerca de (como dicen los títulos de los libros de Charles Darwin): El origen de la vida y La selección natural de las especies.
Es fascinante seguir a un científico en su viaje. ¿Qué podríamos encontrar en los diarios del capitán Scott, quien a bordo de su barco Discovery y luego caminando sobre la tundra quiso llegar al Polo Sur al inicio del siglo XX, antes que su competidor, el noruego Amundsen? La respuesta es: nada; una serie de coincidencias desafortunadas y la voluntad de un hombre por saber. Esta historia la cuenta Stefan Zweig en el bello libro Momentos estelares de la humanidad. Basta observar detenidamente algo extrañísimo para darse cuenta de que en el fondo es como nosotros.
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