Aquí confluyen la historia, el arte y la alta tecnología
Situada a orillas del río Garona y con múltiples canales que convergen, Toulouse tiene una atmósfera elegante y romántica que invita a los visitantes a descubrir sus calles.
Sus más de 2000 años de historia han dejado en la ciudad un patrimonio de distintos periodos, mientras que sus edificios construidos con ladrillos de barro cocido, han sido el elemento básico para darle el tono rosado que la caracteriza.
La cuarta ciudad más grande del país y la tercera urbe universitaria, ha sido clasificada como una de las mejores para vivir, pues su animada vida social y económica se percibe a cada paso.
Uno de los monumentos que debes conocer es el Capitolio, que data del siglo XVIII y fue construido en piedra y ladrillo.
En los salones de gala que aloja este ayuntamiento, hay pinturas del siglo XIX que representan los acontecimientos históricos importantes de la ciudad. La plaza que lo rodea es el eje de la vida urbana y el punto de reunión de turistas y locales. Caminando hacia el norte por la rue du Taur, el ambiente cambia radicalmente.
En este «barrio latino» de la ciudad se concentra la mayoría de los estudiantes. Abundan todo tipo de tabernas para degustar algún aperitivo y en los alrededores también se pueden visitar algunas iglesias como la de Taur y la Capilla de las Carmelitas.
Sin duda, el símbolo religioso principal está al final de esta calle: la basílica de Saint Sernin. Fue construida entre los siglos XI y XIV y es uno de los centros religiosos más importantes de peregrinación del Camino de Santiago.
Por su majestuosa arquitectura Románica, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En las criptas se encuentra un tesoro de relicarios con recuerdos de los santos más importantes.
Hacia el sur está la iglesia de Saint-Pierre-des-Chartreux, en la cual se pueden admirar varias pinturas y esculturas barrocas y neoclásicas. Cerca de ahí, el convento de los Jacobinos del siglo XIII también sorprende con su imponente construcción rectangular.
Resaltan sus ventanales, murales y el claustro de cipreses, aunque para algunos lo más interesante es que en el altar mayor yacen los restos de Santo Tomás de Aquino.
Varios edificios renacentistas resaltan por su belleza como el palacete de Bernuy y el palacete de Assézat, este último hoy funciona como sede de la fundación Bemberg, donde se expone una amplia colección de muebles y pinturas de la época renacentista.
Más abajo, está el barrio Des Carmes, con una gran zona peatonal que merece descubrirse. Su origen data de la Edad Media y hoy día cuenta con un espíritu artístico que atrae a todo tipo de personas a sus bares y negocios.
Visita la catedral Saint-Étienne y en la calle Croix-Baragnon, uno de los principales ejes de la ciudad, donde se enfilan varias casas medievales y negocios exclusivos.
Continuando en la rue de la Dalbade, hay que admirar las fachadas de los edificios, en especial la del palacete del Vieux-Raisin y al lado, en el número 25 el inconfundible Hotel de Clary con una fachada de piedra blanca.
Toulouse también es una ciudad famosa por las compras, pues en sus calles abundan locales de reconocidas marcas internacionales de ropa, joyería, diseño y accesorios. Es más divertido pasearse por las tiendas cuando los tolosanos salen a caminar por la tarde, ya que el desfile de bicicletas, patinadores y familias, inundan las calles empedradas.
En cuanto a los productos gastronómicos, en los distintos barrios de la ciudad se distribuyen varios mercados con productos del Midi-Pyrénées como: vinos, quesos, foie gras y embutidos.
Para salir de las rutas tradicionales hay que cruzar el río Garona a través del Pont Neuf. Al llegar al área de Saint Cyprien, descubrirás infinidad de plazas y edificios como el Hotel-Dieu Saint-Jacques que alberga el museo de la medicina y el Hôpital de la Grave que se caracteriza por una cúpula verde.
Les Abattoirs, aloja el museo de arte moderno y cuenta con más de 3500 obras, una de ellas de Picasso.
Para los amantes de la naturaleza, Toulouse tiene más de 1000 hectáreas de áreas verdes y la mejor forma de recorrerlas es en bicicleta. Destaca el jardín Real, el del Grand-Rond y el jardín Botánico, con múltiples espacios para relajarse.
En el puerto Saint-Sauveur, se aprecian varios barcos de recreo y ahí se puede tomar una excursion para recorrer el Canal du Midi que tiene 240 kilómetros de longitud.
Aprender del universo también es posible en esta ciudad ya que desde finales del siglo XIX, Toulouse ha dado a luz a varios inventos como el avión, creado por Clément Ader.
Los aficionados al tema podrán visitar las cadenas de montaje de los Airbus, o bien, conocer todo sobre el mundo espacial en el parque temático La Cité de l’Espace.