Lo último en estilo, enmarcado por la antigua y muy conocida villa de esquí de las montañas de Colorado: Vail.
Hotel Boutique
Con vistas espectaculares a las Montañas Rocallosas, las cien habitaciones y siete suites de The Sebastian, el nuevo hotel boutique de Vail, ofrecen confort y lujo absoluto. La edificación, que solía ser el hotel Vail Plaza, se encuentra en la entrada de Vail Village, la zona de restaurantes, bares y galerías del pueblo, y ha sido renovada completamente. Aunque por fuera el Sebastian combina a la perfección con el apacible poblado, con tejados en pico y mucha madera, por dentro el diseño de interiores crea una vibra más contemporánea.
Las esculturas y pinturas en los espacios del recibidor, bar y biblioteca son del zacatecano Manuel Felguérez, uno de los artistas abstractos más importantes de México, además de que lámparas contemporáneas contrastan con muebles clásicos y una chimenea minimalista. Por si fuera poco, todo con vistas a las montañas. En el hotel está el bar del momento, Frost, y el restaurante Block16, al que es obligado ir a cenar desde la apertura en febrero del Sebastian. Era de esperarse tanta emoción ya que, después de todo, el Sebastian es el primer nuevo resort de esquí en Vail Village, el centro del poblado, en los últimos 40 años.
Además de las habitaciones, el resort ofrece 36 residencias privadas para adquirir en tiempo compartido, formando parte del grupo Timbers Resorts. El diseño y las amenidades de las habitaciones son clásicos, y de lujo absoluto. Los techos de las habitaciones son de vigas de madera, acabados en piedra natural, chimeneas de gas y bocinas Bose para iPod. Las suites y residencias incluso tienen cocina y cuarto de lavado totalmente equipados, con cafeteras Nespresso y productos de KitchenAid.
Uno de los mayores atractivos del Sebastian es su proximidad a las pistas de esquiar, y todas las facilidades proporcionadas por el ski concierge para que no te preocupes por nada. El hotel se ocupa de transportarte a las pistas, clases y valet a la montaña, además de que si no traes la ropa o el equipo necesario, ellos pueden rentarla por ti y a tu medida, llevándotela directo a tu habitación. Si cuentas con equipo propio, el staff te lo guarda y saca en el horario que te convenga.
Después de esquiar el Spa Bloom del hotel es insuperable. Tiene un menú amplio con masajes y faciales, además de salas con sauna y vapor. El gimnasio ofrece clases de yoga y pilates, además de un entrenador en el área de aparatos. Asimismo, el área de piscinas al aire libre ofrece cuatro jacuzzis. En un pizarrón se puede consultar la lista de «nuestras mascotas huéspedes«. A partir de 295 dólares por noche para habitación doble, y de 725 dólares para las suites.