A disfrutar lo más que se pueda.
Después de algunos largos meses de frío se abren las puertas del sol, y la vida en la capital catalana se traslada a la calle. Es momento de gozar del clima veraniego característico del mediterráneo lo más que se pueda; ya sea al prolongar un aperitivo o una cena en cualquiera de las terrazas con que cuenta la ciudad catalana. Puede ser a pie de calle -las de toda la vida- pero incluso se puede gozar del estío desde las alturas en algunos de sus edificios más emblemáticos, para así disfrutar dle clima, los días largos y la arquitectura.
Uno de esos recintos es el restaurante de Sergi Arola -en el Hotel Arts de Barcelona-, tal vez uno de los espacios que mejor resuelve la fórmula: vistas de primera mano al mar y a la monumental escultura Peix d´or.
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