Para animar a la gente a mirar la naturaleza desde un ángulo diferente, el Wild Center de Nueva York creó un paseo entre la copa de los árboles.
El Wild Walk abrió en julio y ya es considerado el Highline del bosque ? haciendo referencia al icónico parque construido sobre una antigua línea ferroviaria, a nueve metros del piso-.
Se ubica en el corazón de las 2.5 millones de hectáreas del Adirondack Park, al norte de Nueva York, y permite explorar la naturaleza en medio de los árboles.
El paseo comienza a nivel de suelo y se eleva hasta una estructura que asemeja un nido de águila calva, una experiencia que te hará sentirte como en la novela Los viajes de Gulliver. En total se recorren poco más de 150 metros entre puentes suspendidos y plataformas con forma de telaraña a escala humana.
Fue diseñado por Chip Reay, quien también le dio vida al Wild Center en el 2006, una organización sin fines de lucro que reinventó los museos de ciencia y naturaleza tradicionales.
?La inspiración viene de las formas más esenciales de este bosque de coníferas?, cuenta el arquitecto en un comunicado.
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A pocos meses de su apertura ya ha recibido a más de 100 mil visitantes y su diseño ha sido reconocido por la Society of American Registered Architects (SARA).