Un hotel en el corazón de la Ciudad de México.
Cuando le dije a Leonardo, mi pequeño y hogareño hijo de tres años que era momento de irnos a casa simplemente me contestó: -pero si aquí es mi casa. La despedida del hotel St. Regis, un ultra lujoso alojamiento ubicado sobre Paseo de la Reforma justo frente a la Diana Cazadora (musa de la que el arquitecto argentino Cesar Pelli se inspiró para diseñar este edificio de 31 pisos), fue difícil. Hacer algodón de azúcar de colores en la habitación o nadar en la piscina infinita del piso 15 imaginando que el hombre araña sube por los rascacielos son escenas inolvidables.
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En el hotel hay una mezcla de ambientes mexicanos, neoyorquinos y franceses. Hay que tomar un primer elevador para llegar al tercer piso, que es donde se encuentra la recepción, aquí se hace el check in con una copa de champagne en la mano y gomitas para los niños. Un segundo elevador es el que lleva a las habitaciones, la nuestra en el octavo piso era enorme, equipada con sala, comedor, recámara y un cuarto de baño que a la vez funcionaba como sauna.
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El hotel posee un excelente programa para familias, el personal agenda actividades a la medida. Para la nuestra nos preparó una tienda de campaña con dos ositos de peluche, dos vasos de leche y galletas. Para el bebé estaba lista una cuna con una manta nueva y artículos como crema, champú y talco. Todos los días colocaron una canasta con dulces típicos. También nos proporcionaron entradas para visitar el Papalote Museo del Niño, un hotel interactivo al que le dedicamos medio día; y una cita en el Remède Spa, ubicado en el piso 15.
Si lo deseas, un mayordomo puede ayudarte a empacar o desempacar, y también puedes contratar el servicio de niñera.
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Los hoteles St. Regis se hicieron famosos por la presencia de celebridades, se cuenta que en el bar King Cole de Nueva York se sirvió el primer "Bloody Mary", ahora cada hotel de la cadena crea su propia versión con ingredientes locales. En sus 31 pisos están repartidas 189 habitaciones. Sus restaurantes ofrecen comida mediterránea con toques caribeños. Su desayuno buffet con pan recién hecho y el brunch dominical en el restaurante Diana son deliciosos.
Para los adultos:
El spa no se salva de llevarse una mención especial, además de poseer la mejor vista citadina, es de los mejores de México. Su nombre se debe a la línea de productos franceses que utilizan, al final todo lo puedes comprar en su boutique. Uno de sus tratamientos más solicitados es el masaje personalizado Remède, que tiene una duración de 60 minutos. Te permite elegir la técnica de masaje (o una combinación de ellas), el aroma, la presión y la zona del cuerpo a enfocarse (www.stregis.com/mexicocity).