No se pierdan la narración de este grandioso recorrido en motocicleta a través de América.
Esperando evitar filas y retrasos, llegamos a la frontera con El Salvador muy temprano por la mañana después de escapar de Taxisco, Guatemala. Desafortunadamente, no anticipamos que los funcionarios aduanales salvadoreños estarían cómodamente tomando su desayuno y no procesarían nuestros papeles hasta terminar. Dos horas después entramos al país.
Decidimos tomar la ruta costera, bordeando el bello pacifico Salvadoreño y pasando por El Tunco, uno de los mejores (y poco mencionados) lugares de Centroamérica para practicar el surf. Evitamos entrar a la capital para no encontrar tráfico y ya por la tarde avistamos tierras hondureñas. Se nos acabó el Salvador en unas pocas horas.
Aquí iniciaría un «viacrucis» para entrar a Honduras; encontramos calor, suciedad, burocracia, corrupción y mucha gente dispuesta a sacarnos todo el dinero posible. Sin duda el peor cruce fronterizo hasta el momento. Se hacía tarde, los funcionarios desaparecían y las «mordidas» se hacían mas grandes, sin embargo, logramos pasar antes del anochecer.
Dormimos en el primer alojamiento que encontramos y al día siguiente recorrimos unos 160kms hasta la frontera con Nicaragua; más trámites… pero finalmente entramos al país. Viendo hacia atrás, habíamos cruzado dos países en el mismo número de días y ahora Managua nos esperaba.