Los 40 días previos a la Semana Santa son intensos.
Estoy aterrizando en Barcelona inundado con el ambiente de la Cuaresma. Durante seis días estuve viajando por pequeñas poblaciones andaluzas y cada una de ellas logró colmar mi agenda de viajero más de lo esperado. El ritmo fue muy acelerado. Un Vía rucis en el primer pueblo y una exposición relativa a la Pasión de Cristo en el poblado contiguo tomaban la misma hora en mi agenda.
Aquí tuve la oprtunidad de presenciar fiestas populares, talleres de tejidos y visitar locales de cerecerías. Todo esto dejaba claro que la fe es una tarea constante. Una de las partes que más difrute de mi travesía es que tuve tiempo para gozar de largos momentos de la gastronomía de Andalucía. Es difícil dejar para después un jamón, unas aceitunas o un buen vino.
Cuando comencé la idea de este viaje tenía claro que quería vivir la intensidad de la Semana Santa, pero no en las grandes ciudades del sur español, como pueden ser Sevilla o Granada. Quería estar codo a codo con la gente. Ver el esfuerzo de sus cofrades y escuchar las saetas casi en primera línea; quería además poder entrar a sus casas, escuchar todas las conversaciones en torno a este momento álgido de la religión católica y probar junto a ellos, los platillos que preparan para estas fechas.
Pero las cosas fueron cambiando. Me enteré durante la preparación de mi viaje que los 40 días previos a la Semana Santa son intensos. Es momento de la Cuaresma y fue ahí donde quedo claro mi viaje. Iría a recorrer el sur español durante esos días a través de las provincias de Jaén, Córdoba y Sevilla en esos días previos a la gran semana del catolicismo. Comenzaba así este viaje donde he podido conocer una importante faceta de la vida andaluza en poblados como Alcalá la Real, Priego de Córdoba, Cabra, Baena, Lucena, Puente Genil, Osuna, Écija, Carmona y Utrera.
Una ruta a través de la fe de la gente, de su historia y de sus tradiciones. En las pequeñas callejuelas de los pueblos, en el interior de las cofradías o en sus majestuosos monumentos históricos fui armando un rompecabezas que me dio una imagen única de una Andalucía profundamente devota: un universo de caminos de Pasión.