En la Laguna de Bacalar, haz turismo ecológico con todas las comodidades y respetando a la naturaleza
Para llegar a Laguna de Bacalar hay que volar a Chetumal, Quintana Roo; a 15 minutos del aeropuerto está el Centro Holístico Akal-Ki, un paraíso en una laguna de agua dulce única en el mundo.
Su particularidad radica en que aloja microorganismos llamados estromatolitos gigantes, formaciones con más de 3500 millones de años, cuentan los científicos que son los primeros organismos unicelulares que produjeron el oxígeno en la tierra. Pero esto es sólo uno de los atractivos de Bacalar, cuya diversidad puede disfrutarse al hospedarte en el Centro Holístico Akal-Ki, ubicado en un brazo de la laguna: alrededor sólo admirarás la virginidad de la laguna y su entorno.
El Centro Holístico Akal-Ki está construido en un área de 20 hectáreas, el perímetro que ve hacia la laguna es de 360 metros y lo mejor: cuenta con 2.5 hectáreas de manglar, con el objetivo de preservar así la biodiversidad local.
En Akal-Ki habitan 54 tipos de aves endémicas, es un punto esencial en la ruta migratoria de patos proveniente de Canadá en busca de lugares cálidos. El nombre de este paraíso sustentable, Akal-Ki, significa en maya ?Laguna Dulce de Energía Vital?. Es una aldea ecológica cien por ciento autosustentable que te permite volver a formas de vida simples y naturales conservando y respetando el ecosistema.
Arturo Arroyo y Luis Antúnez, los creadores de Akal-Ki, se consideran guardianes de la laguna. ?Tuvimos que hacer el camino casi a mano. Aquí todo es virgen y biodegradable?, cuenta Antúnez y remarca que la filosofía del lugar es la autosustentabilidad y la creación de un mayor nivel de conciencia en lo referente al cuidado del medio ambiente.
Por ejemplo, no se permite el uso de bronceadores o productos químicos y no se utilizan más que productos biodegradables con el fin de no dañar la zona.
Además de la Laguna ?que es casi un espejismo y el valor más alto del Akal- Ki? el lugar cuenta con una hortaliza orgánica, vivero y árboles frutales, por lo que la mayoría de sus insumos no deja huella de carbono.
El restaurante ofrece comida internacional y, por supuesto, tiene una sección amplia de alimentos vegetarianos. El pan es hecho en casa y la mayoría de las frutas y verduras crecieron aquí, en Akal-Ki. Sólo posee 10 cabañas, cada una con cama king size y dos camas individuales.
Una mesa central con dos ?zafus? para sentarte. Una regadera con vista a la laguna. El piso es de madera tropical y el techo de palapa. Las cabañas son abastecidas con energía solar y eólica y utilizan calentadores solares.
Ya que normalmente en Akal-Ki se organizan retiros de diversas disciplinas espirituales, cuentan con un muelle para la práctica de yoga y otra palapa de meditación. Estos espacios también se pueden usar para hacer eventos especiales.
Para quienes buscan mayor actividad, el Centro les ofrece recorridos arqueológicos, paseos en lanchas, vela, kayak, bicicleta y senderismo, entre otras actividades deportivas.
En el Spa Uumbal podrás curarte a través del agua con los envolventes y faciales que ofrecen realizados con el barro que se asienta en el fondo de la laguna. Vale la pena tomar un tratamiento lomi lomi de las manos de Malina y Christelle para abrir el corazón y tener una experiencia de sanación profunda.
Llegas a tu cabaña y al abrir las puertas de madera, que conducen al asoleadero privado, te topas con la imponente «Laguna de los Siete Colores«. Sólo tienes que bajar unos escalones y estás ahí en la laguna. Te sumerges para observar a los peces que nadan a tu alrededor. Después, reposas y contemplas el paisaje desde tu poltrona de madera.
En este centro la introspección sucede de forma natural y la laguna se encarga de curarte. Es fácil contactar con el silencio. Aquí es un deber adaptarse a los ritmos de la naturaleza: disfrutar el alba, el ocaso y dormir temprano.
«Es un hotel de un millón de estrellas», comenta Antúnez, y tiene razón: el espectáculo de la bóveda celeste es maravilloso, al igual que contemplar su reflejo sobre el agua quieta de la laguna que en las noches, sobre todo sin luna, parece un espejo.
Akal-Ki es ideal para desconectarte del ruido y reconectar con los acordes de la naturaleza y también con su silencio.
Carretera Federal 307, kilómetro 12.5 Bacalar (Xul-Ha) Othón P. Blanco, Quintana Roo, México
Rreservaciones@akalki.com