El puerto de Tampico, uno de los más antiguos de México, ha sufrido diversos a lo largo de su historia.
Tampico no sólo es la cuna de personajes como el Subcomandante Marcos, el actor Mauricio Garcés y del Rayo Macoy, sobrenombre del escritor Rafael Ramírez Heredia, sino uno de los puertos más importantes de la República Mexicana. Su nombre en huasteco significa «lugar de perros de agua». Ya en la época virreinal era un puerto clave, debido a sus minas de sal que impulsaron el desarrollo económico de la región y a que fortaleció el comercio marítimo. Pero eso no ha sido todo, a principios del siglo XX el auge petrolero transformó la vida de esta ciudad, que para la década de los años veinte ya contaba con la primera planta embotelladora de Coca-Cola en México y la primera aerolínea comercial nacional: Mexicana de Aviación. Este gran desarrollo atrajo a emigrantes de todo el mundo; era, sin duda, un sitio clave en la economía mexicana. En la foto superior, que data de 1924, se observa al entonces recién electo presidente Plutarco Elías Calles quien arribaba, junto con una pequeña comisión, al importante puerto.
Esta imagen pertenece al archivo Casasola y nos muestra la infraestructura de aquel entonces. Hoy este puerto (imagen inferior) sigue siendo crucial. Aquella Aduana Marítima establecida por decreto en 1827 es ahora una de las más productivas del país, tan sólo en lo que va del año han pasado por ahí más de 50 mil toneladas de productos de acero y existen aún muchos proyectos por concretar como el Mega-Proyecto Laguna del Carpintero que alberga al Espacio Cultural Metropolitano y el proyecto Isleta del Zapote y un acuario, entre otros.?