A menos de dos horas hacia el norte de Vancouver, está Whistler, un destino ideal para relajarse
Primero el paisaje: la carretera que lleva de Vancouver a Whistler es una atracción en sí. De ser posible evita el papel de conductor y dedícate esas dos horas a admirar el panorama que conforman las montañas y las nubes que circundan el camino.
Los locales conocen a esta ruta como el ?Sea to sky? lo que en español significa del mar al cielo.
Vértigo placentero
Después de instalarte en tu hotel (dato curioso: la mayoría de los hoteles son pet friendly) despídete de tu auto por el fin de semana porque son pocas las actividades que te harán usarlo.
Probablemente después del camino tendrás ganas de una buena comida de bienvenida, para ello no hay mejor lugar que Araxi, situado en el mero corazón de la aldea del cual traen la comida directamente desde Pemberton, un pueblo al norte de Whistler que vive de la agricultura orgánica.
Ya que recargues energía dirígete hacia el Blackcomb Mountain y sube al teleférico que te llevará al pico de esta montaña, que por cierto es la favorita de los esquiadores.
Aunque aún falta poco más de un mes para que las pistas abran, los paisajes son dignos de observarse. Si tienes suerte, durante la subida verás a alguna mamá con sus oseznos paseando.
No olvides bajarte hasta la segunda parada, que es la más alta y de las vistas más bellas. Después de tomarte un café y un postrecito a 6000 metros de altura, aborda la Gondola Peak 2 Peak.
Esta es la única construcción así en el mundo, se trata de un teleférico de 4.4 kilómetros que une a la montaña Blackcomb con la montaña Whistler sin estructuras en el medio.
Está hecha con la finalidad de que se pueda esquiar una montaña y dirigirse directo a la otra sin tener que bajar para luego volver a subir. Los expertos dicen que esto ha revolucionado el mundo del esquí.
Debajo podrás admirar una presa hidroeléctrica que abastece de energía al teleférico.
De paseo por la aldea
En realidad uno no necesita de guía para conocer la aldea, es muy pequeña y se puede recorrer a pie sin miedo a perderse. Principalmente encontrarás tiendas de ropa, cafés, restaurantes y bares.
En una de las orillas de la aldea hallarás una explanada en donde están unos aros olímpicos que representan a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2010, aquí algunos fines de semana de verano y otoño se llevan a cabo conciertos de diferentes ramas musicales.
A un lado verás un área de juego para los pequeños. En el tema de restaurantes, además de Araxi, lo más recomendable es el Alta Bistro, este lugar es también 100% orgánico y su menú cambia cada cuatro semanas, pero su distintivo más importante es que los precios son muchísimo más accesibles que en cualquier otro establecimiento, porque eso sí, en los precios no podemos echarle flores a este destino.
Si eres amante de los vinos, visita Barefoot, además de que la comida es deliciosa cuentan con una cava de vinos realmente impresionante que cualquier comensal puede bajar a conocer.
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