Los animales son, en ocasión, parte integral del turismo; sin embargo, ¿estás consciente del daño que este ocasiona en ellos?
Puede que al viajar uno se encuentre cara a cara con un curioso y exótico animal que sólo se encuentra en tierras ajenas. En este tipo de casos, es casi un impulso extender la mano o querer aproximarse los más que se pueda a esta particular y extraña criatura.
En muchas ocasiones, este tipo de contactos son permitidos por las autoridades o los vendedores locales del lugar en cuestión, sin embargo, es hora de preguntarnos como ética consciente… ¿es este tipo de aproximación lo mejor para estos animales en cautiverio?
Como miembros de la Nacional Geographic Society, la revista Traveler se preocupa por la conservación y protección de este tipo de especies. Es por eso que hemos reunido cinco propuestas para aportar a la preservación de estos animales:
1) No nades con delfines u otros animales salvajes. Puede ser una bonita experiencia pero, nunca se sabe lo que estos animales son capaces.
2) No pagues por dar de comer a elefantes en las calles, pues los sacaron de su hábitat natural para lucrar con ellos.
3) No compres suvenires hechos con partes de animales, ni te lleves ningún animal vivo como recuerdo.
4) No apoyes el uso de animales como objeto fotográfico ni tampoco te fotografíes con ellos.
5) Evita los paseos a caballo, burro o en carros tirados por ellos. El maltrato y el labor de estas criaturas es, en ocasiones, paralelo a la esclavitud.