Glotonería y arte callejero en los ends de la capital suraustraliana.
La capital de estado vitivinícola australiano tiene fama de aburrida, al menos hasta que pasa el mediodñia y las enotecas sirven copa tras copa de los mejores vinos de la región. Pero en Adelaida (Adelaide en inglés) hay que hacer más que adorar a Dionisio. Su centro está rodeado de parques y áreas verdes, y está plagado de cosas ricas y callejones grafiteados -en los que, de hecho, es recomendable perderse de noche.
Un recorrido podría comenzar en Playford, un hotel ecléctico con dejos de art nouveau y un restaurante homónimo considerado uno de los mejores de la ciudad.
También se recomienda visitar Central market, sobre la calle Grote -a un costado de Chinatown-, donde se exhiben productos locales como zanahorias moradas, canguro por kilo y luffa.
Encuentra más recomendaciones sobre Adelaida en la edición de marzo de la revista National Geographic Traveler.