Pilsen está llena de collages arquitectónicos, parques improvisados y antiguos depósitos camioneros convertidos en centros culturales.
Este an?o Pilsen, ma?s conocida como la reina de las lager que como la cuarta ciudad ma?s grande de la Repu?blica Checa, promete casi tanto arte como fermento de levadura. Con el ti?tulo de capital europea de la cultura, la ciudad cervecera ma?s famosa de Bohemia derrocha exposiciones ine?ditas, ciclos circenses y una buena dosis de drama. Este es el momento para dejar de darle tanta prioridad al recorrido ultraturi?stico por la fa?brica Pilsner Urquell y, en su lugar, descubrir otra ciudad. La Pilsen de collages arquitecto?nicos, parques improvisados y antiguos depo?sitos camioneros convertidos en centros culturales es, aunque calladita y pasada de modesta, culturalmente retadora.
En esta ciudad todos los caminos llevan a Na?me?sti? Republiky, la plaza central donde una iglesia go?tica, construida entre los siglos XII y XIII, se une a un desfile de fachadas que nada tienen que ver una con otra. Edificios renacentistas, neocla?sicos, barrocos y una que otra caja funcional de la era comunista se amalgaman alrededor del corazo?n de Pilsen.
La plaza esta? custodiada en sus cuatro esquinas por monumentos con destellos de oro y, sin querer, los contrastes inevitables del pasar del tiempo. La Columna de la Plaga con la virgen de Pilsen, del siglo XVII, cuida a la ciudad de las enfermedades, mientras que las tres fuentes restantes, trescientos an?os ma?s jo?venes, representan con abstracta locura ?dicen? a tres elementos del escudo de armas de la ciudad: un a?ngel, un galgo y un camello. Esa, la de edificios de colores, fuentes presumidas e iglesias medievales, es la postal ma?s famosa de Pilsen, pero no su joya arquitecto?nica mejor guardada.
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