Esta calzada fue mandada construír por Maximiliano de Habsburgo y desde entonces ha sufrido constantes remodelaciones.
A finales de la década de los cincuenta y principios de los años sesenta, el entonces regente del Distrito Federal, Ernesto P. Uruchurtu, emprendió los trabajos de ampliación de esta icónica avenida desde la Glorieta del Caballito hasta la Calzada de los Misterios, Chava Flores compuso la canción «Vino la Reforma», para referirse a la llegada del primero llamado Paseo de la Emperatriz a las colonias populares. Maximiliano de Habsburgo lo mandó construir y desde entonces se ha renovado constantemente y ha sido testigo de la historia y modernización de México, ejemplo fue la edificación del edificio de Bonos del Ahorro Nacional, que transformó la vista, en su momento, de la Glorieta de Colón (que fuera inaugurada en 1877).
La imagen de ayer capta el espíritu moderno de los años cincuenta. Este inmueble fue una referencia hasta el terremoto de 1985, cuando quedó muy dañado, aunque fue demolido hace apenas unos años. Algunos de los edificios más vanguardistas de la ciudad son la Torre Mayor, la Bolsa Mexicana de Valores, los museos Tamayo, de Arte Moderno y de Antropología; el edificio inteligente de HSBC, la Torre Libertad, la Torre El Caballito y sus históricas glorietas, uniendo a las zonas más exclusivas de la capital a las coloridas colonias populares y a otro punto referencial de esta ciudad: la Villa de Guadalupe.