En la Meseta de Mieming puedes realizar agradables caminatas, encontrar espacios de reflexión, visitar a los monjes, y comer como rey.
En el otoño europeo, cuando los días se acortan y las temperaturas bajan, los turistas todavía pueden tomar el sol en la Meseta de Mieming. Situada en el Tirol austriaco, está a una altura de entre 850 y 1,000 metros, lo que tiene una gran ventaja: el turista mira por encima de la niebla que da un aspecto gris y triste al valle.
No solo el sol y un cielo intensamente azul hacen que uno esté de buen humor, sino también los coloridos bosques. En otoño, las hojas de los alerces adquieren tonos amarillo fuerte y naranja.
En la localidad de Obsteig, el agricultor ecológico Andreas lleva a los turistas por un camino circular con paneles informativos. Cuenta todo lo que sabe de los animales autóctonos y del hermoso paisaje de alerces, declarado reserva natural en 1981. "Los alerces necesitan muchísima luz. Si no cuidamos los bosques, otras coníferas los desplazan", explica Andreas. Hasta hoy, muchos campesinos usan las praderas entre los alerces como pastos.
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Alerces, animales salvajes, aire fresco, montañas escarpadas, un silencio ilimitado y soledad: Mieming no apuesta por el turismo de aventuras sino por un turismo suave. Incluso el último telesquí que quedaba fue desmontado hace algún tiempo. La idea es que los turistas disfruten de la naturaleza fuera del barullo de las pistas de esquí.
"Para nosotros es importante que se preserve el ambiente natural para nuestros visitantes en la meseta del sol", dice Manuel Lampe, director de la oficina de turismo de Innsbruck.
Para los turistas, la mejor forma de explorar el paisaje es caminando. Una bonita excursión de media jornada comienza en el municipio de Wildermiening, pasa por la cuesta Ochsenbründlsteig y sube hacia una nueva cabaña alpina, la Alplhütte, situada a una altura de 1,504 metros. El caminante tiene que salvar una altura de 600 metros.
El idílico camino atraviesa un bosque y cruza arroyos y un pequeño puente. Una y otra vez hay claros en el bosque que permiten disfrutar de magníficas vistas panorámicas de la meseta, de 14 kilómetros de largo y hasta cuatro kilómetros de ancho.
Después de la mitad de la subida el caminante llega a una fuente llamada Ochsenbründl con agua de manantial fresca. Justo al lado se encuentra la pequeña capilla de San Wendelin. Detrás de una curva se abre a la vista la cadena montañosa de Mieming. Después de un último ascenso pequeño aparece la meta, una cabaña alpina regentada como restaurante por una mujer llamada Doris y construida por sus padres.
En la cocina manda su hijo, un cocinero profesional que los fines de semana siempre prepara delicias especiales austriacas. "Precisamente en otoño tenemos en el menú muchos guisos de caza, castañas, vino caliente y buñuelos".
Los turistas no solo encuentran tranquilidad y un ambiente apropiado para la reflexión aquí en las montañas, sino también en el monasterio cisterciense de Stams, que data del siglo XIII. Fue fundado en 1273 por Meinhard II von Görz-Tirol y su mujer Elisabeth von Wittelsbach.
En la ostentosa basílica se pueden admirar, entre otras cosas, una sillería de coro tallada y un altar del periodo Barroco Temprano de 19 metros de alto que tiene 84 figuras de madera talladas a mano y parcialmente doradas del artista Bartlmä Steindle.
Los visitantes pueden comprar en la tienda del monasterio mermelada, miel y aguardiente, entre otros productos elaborados por los propios monjes. Y dentro de los antiguos muros del invernadero se puede comer como un rey, buena comida tradicional en un ambiente acogedor.
Información básica
Destino: La Meseta de Mieming está situada en el Tirol, no lejos de la ciudad de Innsbruck. Tiene una extensión de 14 kilómetros y una anchura de hasta cuatro kilómetros.
Cómo llegar: En tren o avión a Innsbruck y desde allí seguir viaje en autobús a Wildermieming, Mieming u Obsteig.
Alplhütte: Desde Wildermieming se puede llegar a la nueva cabaña Alplhütte en unas dos horas a pie. En la cabaña pueden pernoctar hasta 20 personas.