Foro (ENERO 2011). Omar López Vergara.
En un libro revolucionario sobre las nuevas formas de tratar la esquizofrenia, los psiquiatras ingleses David G. Kingdon y Douglas Turkington acuñan el término «normalización de la psicosis», es decir, de la locura. Para estos autores, la creencia en fenómenos «no científicos» es muy común en los seres humanos y ello no implica que quienes sostienen estas ideas sean internados en un pabellón psiquiátrico. En efecto, según un estudio llevado a cabo en 1989, 50 % de los ingleses de la muestra ?seres del todo «normales»? cree que es posible predecir el futuro (mediante cartomancia, galletas y palillos chinos, lectura de palmas, etc.), más de 25 % cree en la reencarnación, los fantasmas y las «vibras», y 23 % en los horóscopos. Curiosamente, solo 21 % cree en la existencia del demonio.
Dadas estas cifras, no es de sorprender que en México exista uno de los centros más importantes de la brujería del mundo. En el artículo del periodista estadounidense David Biller sobre Catemaco, la vida diaria en esta bizarrísima zona del estado de Veracruz es retratada con pasión y exactitud. Estimaría el hecho como culturalmente válido si estas costumbres solo involucraran ideas delirantes y estas personas no utilizaran especies en peligro de extinción ni sacrificios de animales del todo inocentes para sus ritos, entre ellos gatos negros, de los cuales soy gran admirador. He tenido uno por casi 10 años (su nombre, por cierto, es Mefisto) y hasta ahora no ha habido manifestación diabólica alguna. Lo único que he tenido es un extraordinario y cariñosísimo compañero de vida.