Puedes visitar al camello que forma parte de las celebraciones. En el lugar hay un ejemplar desde 1787.
Al parecer, el general George Washington era un hombre sociable. Especialmente con motivo de la Navidad, durante el periodo de 12 días comprendido entre el primer día festivo y los Reyes Magos, le gustaba invitar a gente para festejar alegremente en la finca de la familia Washington en Mount Vernon, una propiedad situada en el estado de Virginia, a una media hora en coche de la capital estadounidense.
Un invitado especial se unió a los festejos el 29 de diciembre de 1787: un camello. Un hombre viajaba con el animal por el país y lo mostraba a la gente a cambio de dinero. Washington compró el camello al dueño por la considerable cantidad de 18 chelines.
Hasta hoy, los visitantes pueden ver todos los años en la época navideña un animal del desierto en el vasto terreno de la finca en Mount Vernon. En la Navidad de este 2015 hay un dromedario llamado Aladdin. Sin embargo, no es la única atracción que aparece en el programa de un tour navideño por la finca de Washington.
En la casa señorial, que normalmente solo está abierta al público de día, se recrea la vida de los Washington durante la época navideña. Actores hacen el papel de todas las figuras que habitaban la casa del primer presidente de Estados Unidos. Ellos ilustran la vida de aquella época. Aunque se celebraban por todo lo alto, las fiestas navideñas en la casa de Washington se desarrollaban en un ambiente más bien oscuro, con la única luz de las velas.
También en Colonial Williamsburg se pueden apreciar las diferencias entre la época prenavideña en el siglo XVIII y la actualidad. A unas dos horas al sur de la capital estadounidense se puede visitar toda una ciudad de la época colonial. Algunas de las casas de aquellos tiempos se han conservado, otras han sido construidas al estilo colonial.
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Durante la época navideña, Williamsburg se engalana especialmente: entre los habitantes se lleva a cabo una competencia para determinar quién ha adornado su casa de la forma más bonita. "Las reglas son muy claras", dice Jordan Eckert, quien guía a los turistas por la ciudad. "Solo está permitido usar materiales naturales y los adornos deben ajustarse ópticamente a la casa". Después, todo depende de la creatividad. Algunos adornan la casa con granadas, bayas y cereales. Otros juntan conchas de tal forma que parecen ser flores para colocarlas en las coronas de Adviento que se cuelgan en las puertas de las casas. Otros más utilizan piñas, manzanas y naranjas. "Algunos de estos adornos son un auténtico manjar para las ardillas que viven aquí", dice Jordan.
La época navideña se inaugura el primer sábado de diciembre con la Grand Illumination, un gigantesco espectáculo de fuegos artificiales. Ya varias horas antes, los visitantes buscan los mejores lugares para observar el espectáculo y las luces: en numerosos lugares a lo largo de la costa cerca de la capital estadounidense se colocan todos los años millones de luces que crean imágenes centelleantes.
En Annapolis, en el estado de Maryland, situado al norte de Washington, el aparcamiento de la playa local se convierte en escenario de un gran espectáculo de luces. Y el tercer domingo de Adviento hay un gran desfile de barcos en la ciudad.
En Washington capital, todos los años se encienden solemnemente, a principios de diciembre, las luces del árbol de Navidad. Y en un prado verde, al alcance de la vista de la residencia del presidente de Estados Unidos, se adornan 56 pequeños abetos de los diferentes estados y territorios norteamericanos.