En esta megalópolis convive la larga y rica historia india con un presente que coquetea con la cultura occidental.
Mumbai es la entrada a India. Mientras se erigen nuevos edificios que contiene el botín de la economía bullante de India, y los bares, clubes y centros comerciales reciben al floreciente jetset del país; en el trasfondo la vida tradicional y la cultura india centenaria siguen plácidamente su marcha.
Un par de días en Mumbai bastan para hacer un acelerado viaje a través de la historia. En un marco de arquitectura colonial puedes ver todo: desde la pesca tradicional, que se practica desde hace siglos, hasta artistas y diseñadores de actualidad.
Tiendas que son verdaderas joyas
La idea de ir de compras en India, por lo general evoca visiones de mercados atestados y regateos interminables, pero Mumbai también tiene una oferta de boutiques de ropa, joyería y muebles de diseño a cargo de artistas locales. Asómate a Bombay Electric, sobre Best Marg, en Colaba; el International Herald Tribune la describe como «un monumento al diseño progresivo en India«.
Allí encontrarás ropa de diseñador para hombres, mujeres y niños con un fuerte acento indio, además de un tesoro de estampados retro medio kitsch, joyería, zapatos y mascadas.
Si quieres algo con un sabor un poco más autóctono, curiosea en Fabindia, una de las marcas que más rápidamente han crecido en el país. «Es tiempo de que la India se deshaga de sus políticas anticuadas y guíe al mundo, forjando una nueva senda hacia el desarrollo», dice William Nanda Bissell, hombre de negocios, escritor y el cerebro detrás de esta cadena de ropa estilo indio de alta calidad, como salwar kameez, kurtas y saris, así como textiles caseros, joyería y alimentos orgánicos. Los artículos son de producción rural, con un marcado énfasis en los métodos artesanales tradicionales y a mano. La ventaja es que han mantenido los costos bajos.
Suéltate el pelo en Good Earth, una exclusiva tienda de telas y muebles en Colaba (a un lado de Bombay Electric) que vende todo tipo de colchas y cojines bordados y estampados, así como una muy original variedad de vajillas de cerámica. Checa su sección de spa en el hogar, donde hallarás velas aromáticas y jabones de sándalo, jazmín y rosas.
Y si lo que quieres es conocer un bazar tradicional de alimentos donde no falte nada, adéntrate un par de horas en el mercado Crawford. Se te perdonaría si pensaras que te transportaste a la Europa del siglo XIX al entrar por su gigantesco portal estilo Norman Flemish, cuyo adorno superior fue diseñado por Lockwood Kipling, padre del novelista Rudyard Kipling.
El mercado Crawford, que hasta fines de los años noventa fue el principal abastecedor de comestibles al mayoreo y al menudeo, ahora también vende todo tipo de alimentos importados, además de herramienta y cosméticos. Aún cuando no estés interesado en comprar alimentos, te deleitarás en serio contemplando los montones de frutas y verduras bajo la luz que entra a raudales por las ventanas en lo alto del viejo edificio.
Alcanza una cima espiritual
«El Tanque Banganja es una joya local; es un pedacito de la India rural en pleno centro», afirma Kaustav Mukerji, director de cine originario de Mumbai, quien se refiere a este estanque urbano como uno de los lugares turísticos más bellos y apacibles de la ciudad. Se dice que el estanque, que está completamente rodeado de escalones o ghats, data de hace cinco mil años, según las leyendas del Ramayana. Este plácido sitio, que contrasta con los florecientes rascacielos vecinos de Malabar Hill, es perfecto para un paseo al atardecer.
Déjate llevar por las calles angostas detrás del templo Kashi Math y te encontrarás en medio de un laberinto residencial de casas diminutas que a la larga te conduce a las playas pedregosas de la ciudad. Los interminables tendederos de ropa ondeando al viento son un espectáculo a contemplar.
Desde aquí haz un corto viaje en rickshaw por la costa hasta la mezquita Haji Ali Dargah, construida sobre una isla mar adentro, que se comunica con tierra firme por un terraplén. Es un complejo que se construyó en el siglo XV para honrar a un mercader que se convirtió en hombre santo. Visítalo por la tarde y escucharás a los músicos tocando en el patio a la caída del sol. Jueves y viernes está mucho más concurrido, y decenas de miles de peregrinos se dirigen hacia la roca.
Pasando a algo menos serio, ¿por qué no experimentar con un poco de terapia de risa? Hasya yoga es una variante de yoga que te tendrá revolcándote de risa durante la corta media hora que dura la sesión. El método incluye practicar muchas formas diferentes de risa tonta con un grupo alrededor, lo cual te dejará sintiéndote ligero y cosquilloso (más información: 91-22-2631-6426).
Revive el Raj con un Haj al Taj
Aunque oficialmente Calcuta fue la capital de la India colonial, los británicos dejaron una honda huella en Mumbai con su muy particular estilo de arquitectura indo-sarracena que dio lugar a un híbrido de los estilos del Reino Unido e India. Probablemente el Chhatrapati Shivaji Terminus (antes conocido como Terminal Victoria) sea el más representativo de los grandes edificios construidos por los ingleses, con su elegante estilo victoriano gótico que incorpora muchos elementos de la arquitectura tradicional india en su domo, torretas y arcos. Entra, no sólo para que veas el caos de la estación de trenes, sino para admirar los vitrales y molduras alrededor de su enorme domo.
En un segundo lugar, pisándole los talones en cuanto a factor de asombro, está el Chhatrapati Shivaji Maharaj Vastu Sangrahalaya (llámalo simplemente: Museo del Príncipe de Gales o Museo de Mumbai), con su arquitectura de la era raj y sus extensos y bien cuidados jardines. Los aficionados al arte y la historia disfrutarán de las exposiciones de artefactos indios antiguos, aunque quizá la museografía te resulte un tanto austera.
Termina la tarde con un toque del imperio del marfil tomando el té en el Sea Lounge dentro del Hotel Taj Mahal. El edificio fue construido en los albores del siglo XX por Jamsetji Tata, fundador de una de las firmas grandes de la industria india actual. Cómete unos chaats (tentempiés) y disfruta de una tetera de Darjeeling admirando el panorama del Portal de la India y la bahía, que es la forma más británica de terminar un día en Mumbai.
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Pioneros del arte actual
Si el arte contemporáneo es lo tuyo, entonces bien vale la pena pasar unas cuantas horas examinando las galerías que hay por todo Colaba para ver lo mejor de lo que están haciendo los artistas indios de hoy. «India se ha transformado en un destino para los compradores de arte», dice Abhay Maskara, conservador y director de Gallery Maskara en Colaba. «Tenemos muchos visitantes que vienen buscando firmas y reiteradas veces se regresan con obras mucho más radicales de nuestra galería».
Maskara está ubicada en Pasta Lane número 3, en la parte sur del vecindario de Colaba, y la reconocerás por el curioso mural de su fachada. Es un edificio desvencijado que bien vale la pena visitar por sus exposiciones originales y conmovedoras, dispuestas en una bodega sin lujos.
Continúa hacia el sur sobre Colaba Causeway y da vuelta a la izquierda en la estación de bomberos. Llegarás a Project 88, otro establecimiento de vanguardia que con regularidad presenta exposiciones de arte contemporáneo. También merece un vistazo Mirchandani & Steinreuke, sobre Mereweather Street, a la vuelta de la esquina del Hotel Taj.
Exhala en el océano
Cuando estás atorado entre rickshaws en medio de un embotellamiento, es fácil olvidar que Mumbai es realmente una ciudad a la orilla del mar, y que una ancha franja del Océano Índico le sirve de ventilador gigante para disipar el denso humo urbano.
Tal vez la playa Chowpatty de Mumbai está completamente alejada del mundo de los bikinis de hilo dental y los cuerpos embellecidos quirúrgicamente de Miami y Río de Janeiro; sin embargo, es una leyenda por derecho propio. Es como un arenero gigante para los chicos lindos de la ciudad, muchos de los cuales llegan durante el día para descansar bajo los árboles o chapotear con todo y ropa.
También vale la pena visitar Chowpatty por la noche, especialmente los fines de semana, pues se vuelve todo un parque de diversiones, con juegos mecánicos, espectáculos y puestos de comida.
Levántate al amanecer y encamínate hacia los Sassoon Docks, justo al sur de Colaba, para ver llegar los barcos coloridos con su pesca diaria. Los habitantes llegan a comprar pescado a precio de mayoreo y el espectáculo de la descarga en tierra de miles de kilos de pescados resulta maravilloso.
Pero si la hora temprana no concuerda con tu jetlag, entonces disfruta de la pesca del día en su segunda fase en un comedor local inmensamente popular, el Trishna?s Seafood Restaurant en Khala Goda. El interior es un huevito sin ventanas y mal decorado, pero la comida y la atmósfera que crea su clientela entusiasta compensan con creces las carencias. Aquí las especialidades son cangrejo, langosta, camarón gigante y besugo, que se preparan en una variedad de estilos, desde al curry hasta horneados en el tandoor; sin embargo, el ganador absoluto es el pescado al estilo Hyderabad.
Al caer la noche
A primera vista Mumbai podría parecer una ciudad que cierra todo y se va a dormir no mucho después de que el sol se oculta, pero en realidad hay todo tipo de rincones y resquicios donde se puede gozar de una noche sobre los azulejos hasta la madrugada. Sólo es cuestión de sintonizar las vibras correctas.
Inicia tu velada con la puesta de sol en el famoso Dome, un bar al aire libre en la terrazadel último piso del Hotel Inter Continental, ubicado en Marine Drive, la elegante avenida costera de la ciudad. Hay que llegar cuando aún haya luz y alcanzar un asiento de primera fila en un sofá para admirar la puesta de sol al compás del hip lounge. El bar sirve botanas y sushi, así que si al caer la noche aún no tienes ganas de ir a otro lugar, también puedes cenar aquí, en las alturas, sobre la ciudad.
«Piensa en una pareja sofisticada y bohemia, supersexy, impecablemente vestida y que hace gala de su poder, y tendrás una idea bastante aproximada de cómo se ve y se siente este lugar», escribe Neha Sumitran en la revista Time Out de Mumbai acerca del más reciente y ostentoso centro nocturno: Valhalla. De día es un lounge de negocios y de noche un bar de tapas chic donde puedes disfrutar platillos como langostinos gigantes Chermoula a la plancha, pato Bombay rebozado o papas bravas con jalapeño. Una vez que la energía llega a su clímax, el Valhalla se mantiene prendido hasta altas horas de la madrugada, especialmente los fines de semana.
«Bluefrog no es un antro de música en Mumbai, es El antro de música en la ciudad», dice un reventado aficionado del sitio nocturno más famoso de Mumbai. Abierto todos los días excepto los lunes, tiene un flujo constante de música en vivo, desde blues, acústico y folk, hasta electrónica a cargo de varios dj, tecno y house los fines de semana. Llégale al bar para tomar unos cocteles y martinis y entra antes de las nueve de la noche para la Hora Feliz; de otra manera, llama por teléfono con anticipación y reserva una mesa para cenar; el menú es esencialmente mediterráneo, con una gran selección de carnes marinadas y asadas a la leña.
Después del reventón y antes de meterse en el sobre, los trasnochadores generalmente van a comer kebab al Bade Miya ?bocadillos de medianoche muy recomendables, especialmente los de cordero boti?, un puesto típico de Mumbai en Tulloch Road, en Colaba.
Para recuperarse y descansar al día siguiente, nada como un almuerzo dominical tardío en Indigo, convenientemente ubicado en el centro de Colaba. La acción comienza al mediodía y termina en el momento en que te rindes a la gigantesca avalancha de comida mediterránea-india que van disponiendo a lo largo del bar y se prepara en los asadores de afuera. Reserva con antelación para este evento social altamente popular, y trata de poner oídos sordos o saca a relucir tu sentido del humor, ante la terrible banda que toca covers en un rincón y que te deleitará con baladas ochenteras a lo largo de la comida.
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