Visitar la mitad del mundo es una experiencia única y fascinante. Recorre este monumento ecuatoriano con nosotros.
Salimos de Pasto temprano por la mañana con miras hacia la frontera de Ecuador; el trayecto es corto pero bastante pintoresco y por esta vía pudimos ver uno de los lugares de peregrinación más importantes de la zona: el Santuario de Nuestra Señora de las Lajas.
Esta capilla de estilo gótico se encuentra al fondo de una gruta, a lo largo de la cual los creyentes ponen placas en la roca conmemorando milagros o peticiones otorgadas. La iglesia parece estar fuera de lugar, y a pesar de no ser muy grande, impresiona por la manera en que ha sido construida en este valle tan escarpado, asimilando un puente entre las montañas.
Después de esta pequeña pausa llegamos a la frontera, donde fácilmente obtuvimos los permisos para entrar a Ecuador y seguir nuestro camino. Quito está relativamente cerca de esta divisoria, postrada en un valle entre altas montañas y volcanes.
Una vez que hicimos base con un tío mío, visitamos el monumento de «La mitad del mundo» (ubicado al norte de la ciudad), el cual conmemora el lugar exacto por donde pasa la línea ecuatorial. Es un lugar con aspectos científicos muy interesantes, sobretodo de las expediciones francesas que realizaron las mediciones para encontrar la mitad del planeta. Aquí también encontramos bailes típicos, gastronomía cultural como el cuy asado, y un ambiente de feria que nos dejo perplejos.