La VI edición de Millesime dio mucho que hablar el pasado 27 al 29 de septiembre en el Centro Banamex de la Ciudad de México.
La VI edición de Millesime dio mucho que hablar el pasado 27 al 29 de septiembre en el Centro Banamex de la Ciudad de México.
Al ingresar al recinto te encuentras con una selva tropical exhuberante. Un ambiente logrado bajo la conducción y dirección de Mauricio Galeano de James & Mau, director de arquitectura e interiorismo para Millesime.
El concepto del evento causó sensación. Los colores alegres se amalgamaron con los aromas y sabores creando una atmósfera agradable y desenfadada. Lograron su reto y sorprendieron a los visitantes exigentes que asistieron a la VI edición Millesime, donde la oferta culinaria, tanto de México como de Latinoamérica, se lució en un abanico de posibilidades.
Ser parte de Millesime es un privilegio anhelado por muchos. No es fácil reunir a tanto talento bajo un mismo techo, que además dedica su esfuerzo a brindar felicidad.
El Open Bar que invita a degustar vinos, cervezas, champagne y licores de alta gama, es el lugar ideal para intercambiar experiencias y hacer networking con colegas.
Degustas y descubres. Así me encontré con Andrés Amor, sommelier de los vinos Habla. "Habla es una bodega extremeña que ha sido premiada en varias ocasiones. Se producen 30 mil botellas en total. Son vinos que solo se consiguen en restaurantes y en venta directa", comenta.
Habla 13 (Cabernet Sauvignon) y Habla 14 (Syrah) pasan 12 meses en barrica. El diseño de las etiquetas cumple con el deseo de los propietarios de la bodega: "tener el encanto de un perfume y el glamour de la alta cocina", comenta Andrés.
Así es Millesime. Un espacio para aprender, intercambiar y para disfrutar. Como cuando degustas Forza (Cabernet Sauvignon, Merlot y Barbera) de Concierto Enológico, el cual describen como el vino más sexy de su gama pues "tiene algo animal que despierta tu bestia interior". Además aconsejan beberlo escuchando canciones de Barry White.
Cada día, los chefs participantes presentan tres platillos miniatura que reflejan lo que hacen en sus restaurantes. Acá se honra la cocina latina e hispánica y se logra percibir la gran diversidad de sus propuestas.
Rodolfo Castellanos, del restaurante Origen en Oaxaca, ofrece una pasta marinada con salsa de chile pasilla mixe, camarón seco y ajo, un taquito de hongos silvestres, de la sierra de Oaxaca, servido con tortilla de papa y mole amarillo, salsa de coyul y queso de cabra prensado. De dulce, macarrón de cacao blanco, que los locales usan solamente para el tejate y el chocolate atole.
Paul Bentley está presente desde Guadalajara con un alga encurtida, kombo y aceite de jengibre. También papada de cerdo con zanahorias encurtidas y bizcocho bañado en jarabe de ron.
Federico López, de la Riviera Maya, sirve salmón con una cama de frijol colado con longaniza de Valladolid, pulpo de la costa campechana coronado con col y salsa tamulada de habanero. Un antojito clásico. También tiradito de pez león con relish de pepino, tomate, cebolla, limón amarillo y aceite de ajonjolí.
Vicente Torres colabora esta vez con productos premium de Tangamanga. Un producto de buena calidad con recetas ancestrales llevadas al pie de la letra. "Me encanta estar en Millesime. Es una oportunidad para explicar lo que haces a gente que te sigue en redes pero que no conoces", comenta.
También los jóvenes talentos tienen su escenario. Atzin Santos del restaurante Atalaya se emocionó cuando le llegó la invitación para participar en Millesime. "Estar aquí representa una gran ocasión para convivir y aprender de los colegas" , afirma. Su gordita con manitas de cerdo en escabeche y tibicos, ceniza de chile habanero y queso Pijijiapan y el aguachile negro se han convertido en un must de la Ciudad de México.
Daniela Mier y Joaquín Iturralde llegan del restaurante LUM en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Su taco de lengua en tortilla de mumo con adobo coleto, rábano y cebollita encurtida es imperdible.
César Vázquez y Diego Niño se llevaron el premio al mejor Jóven Talento de Millesime 2016. Su restaurante Nexo es el preferido de muchos en la Ciudad de México. Y con mucha razón. El platillo de jurel curado, pepino, miso y cilantro es un bocado inolvidable. Estos jóvenes cocineros tiene un gran futuro por delante.
De la Riviera Nayarita, José Meza se concentra en compartir en el restaurante Carolina, del hotel Saint Regis de Punta Mita, sabores locales como el pescado zarandeado, pan de cazón, recuerdo de su infancia, y mole de fiesta de Oaxaca. "Quiero mostrar que se puede hacer cocina mexicana contemporánea manteniendo la esencia", afirma.
Y así continúa la lista de grandes chefs con deliciosas propuestas. La hora de la comida es pura fiesta. Se crearon seis restaurantes efímeros decorados por Estudio Adan Carabes, Vieyra Arquitectos, Elías Kababie Arquitecs, Faci & Leboreiro Arquitectura Huatan y The Room Service by Claudia García Oliveras.
Los restaurantes ofrecen un menú realizado por los chefs Gerardo Vázquez Lugo (Nicos), Alejandro Ruiz (Casa Oaxaca), Mitsuharu Tsumura (Maido), Rafa Costa e Silva (Lasai), Kamilla Seidler (Gustu) y Carlos García (Alto).
Diageo y American Express pusieron a disposición de los comensales un exclusivo Tropical Lounge disponible durante todo el evento. Un gran lugar para fumarse un puro y degustar un gin Tanqueray con tónica, preparado delante de tus ojos, o un tequila Don Julio, una copa de ron Zacapa exclusivo y whisky Buchanans.
En las tardes Millesime se ofrecieron clases magistrales durante los tres días. Además maridajes entre el vino y gastronomía, talleres didácticos, la mejor coctelería elaborada con marcas de destilados premium y música, productores, cocineros, maestros cerveceros y sommeliers se integraron en exquisitas experiencias de color y sabor Tropical.
El chef Olivier Deboise dictó el taller de mantequilla Lurpak, que utilizó para presentar tres ostiones de tres regiones distintas de México: gratinada con queso fresco de ramonetti, mantequilla de estragón y polvo de chiles y kumamoto con raiz fuerte, apio nabo, pepino maridado en yuzu y manzana verde.
"Tratamos de que cada ostión tenga variantes de sazón, texturas y distintas temperaturas. Lo que queremos es que el comensal aprenda a distinguir los ostiones carnudos de los más yodados y de los suaves, que recuerdan más a la mantequilla precisamente", aclara Olivier.
En el espacio del Open Bar también te encuentras con productos de óptima calidad como es el caso del jamón ibérico, Don Ramón, Señoría de Ovienza. "La empresa tiene 120 años de antigüedad. El nombre de Don Ramón es en honor a mi padre", comenta Ramón Martin. "Soy la cuarta generación y nuestro lema es tener la mejor calidad de jamón sin aditivos. Son joyas gastronómicas a nivel mundial. Los puedes degustar con lo que prefieras, un vino frío o un champagne rosado. Lo más importante es la grasa del jamón y que se deguste a 22 grados que es la temperatura correcta", concluye Ramón.
Los Premios Millesime 2016
Restaurante con mejor producto: Corazón de Tierra, Valle de Guadalupe
Mejor apertura: Nexo, Ciudad de México
Restaurante más aclamado: La Docena, Guadalajara y CDMX
Propuesta más innovadora: Cocina de Autor, Cancún
Mejor carta de vinos: Pangea, Monterrey