Lujo y relajación es lo que te espera en los fabulosos hoteles que se encuentran dentro de los manglares en la Riviera Maya. Vive una experiencia paradisiaca.
Llegar a Mayakoba te sumerge en un mundo diferente. Recorrimos la carretera que nos llevó desde Cancún a lo largo de la Riviera Maya, hasta llegar a Mayakoba, una zona de manglar natural protegida que alberga al Rosewood y dos hoteles de lujo más. El coche acondicionado y la amabilidad del chofer que nos recibió nos dejó libres para contemplar la naturaleza tropical que apareció a los dos lados del camino mientras nos adentramos hacia el recinto. Hotel es quizás una palabra que no describe bien la experiencia Rosewood. Llegar al Mayakoba es más como adentrarse en un estilo de vida que se desarrolla en una comunidad lujosa y relajada, como visitar a un pariente que siempre ha tenido dinero y que no lo ostenta. La llegada al vestíbulo fue deliciosa, nos recibieron en un lugar al aire libre con vista a las lagunas y a las construcciones eco-chic y modernas que caracterizan este lugar.
Desde el momento de escoger tu suite, Rosewood ofrece muchas experiencias. Lo primero es saber si quieres pasar unos días justo frente al mar Caribe, entonces tu elección debe una de las Beachfront Suites, cuyas terrazas que salen directo a la playa y su vista al mar son espectaculares. Si, en cambio, buscas tranquilidad, las Lagoon Suites con vista a las lagunas son ideales. Desde ellas se oyen los pájaros del manglar y la brisa suave. Todas son amplias con techos altos, madera oscura y paredes blancas que se combinan con los colores claros de las lagunas y las plantas tropicales. Para tener una experiencia romántica por excelencia escoge las Overwater Lagoon Suites. Estas suites son casas elegantes sobre el agua para dos. Construidas a base de madera de teka y cristales, cuentan con tina para tus baños aromáticos y regadera al aire libre. También tienen una zona de sala comedor que te permite contemplar el atardecer desde la laguna. Por otra parte, si lo que prefieres es un fin de semana absolutamente hedonista, las Island Suites son ideales. Estas son construcciones dúplex al borde de los canales con acceso directo a los servicios del spa y tu propia cabaña para masajes.
Decidimos probar una suite con acceso directo a la playa. Una lancha eléctrica nos llevó por los canales de las lagunas entre manglares y selva hasta nuestra villa.
Llegamos al muelle y de ahí caminamos a la suite. Cada uno de los cuartos tiene un mayordomo asignado; justo al llegar, una huésped estadounidense le indicaba al suyo «Por favor, pueden preparar mi baño de sales minerales en mi suite esta noche?». Pensamos que habíamos llegado al paraíso del consentimiento.
Una vez instalados en la suite cambió nuestro ritmo. Lejos del bullicio de la ciudad, Mayakoba te envuelve en la naturaleza y el relajamiento. Nuestras decisiones inmediatas tenían que ver con reservar un masaje, una excursión vía esnórquel o asolearnos toda la tarde en la terraza con vista al mar turquesa del Caribe.
La mayoría de la propiedad de Rosewood sigue siendo salvaje. Tiene su proyecto de rescate de la selva y el manglar. «Tenemos una bióloga en residencia», nos contó Carla, encargada de las relaciones públicas del hotel, esa tarde. «Ella cuida de que las especies de flora y fauna del lugar se mantengan en equilibrio. Estamos muy orgullosos de lo que se ha logrado recuperar de pájaros endémicos a la zona y el manglar en sí mismo». Además todas las plantas que se ven en el resort son de la región y la madera que utilizan crece en los alrededores.
Al salir de la villa para ir hacia el Spa, un carrito de golf eléctrico nos transportó silenciosamente a lo largo de un camino bordeado de selva. Otra opción hubiera sido pasar la tarde en el Agave Azul, un tequila bar y degustar tequilas premium y ceviche.
Con todo, una razón suficiente para venir a Rosewood es el Sense spa. Construido en su propia isla y a un lado de un cenote natural, el spa es un lugar profesional en donde se respira un ambiente de relajación absoluta. Los terapeutas y las instalaciones hacen que la experiencia sea de primera. Nosotros pasamos un largo rato de relajación después del masaje en las sillas de lounge con vista al manglar, disfrutando de una infusión orgánica de jengibre con menta.
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Descubrimos más tarde que comer en el Rosewood es también un experiencia aparte. «Tratamos de comprar los mejores ingredientes». Nos contó entusiasmado el chef catalán Daniel Bausá Peris. «Ahí empieza todo. Tenemos contactos con los pescadores locales para obtener pescado fresco todos los días.» La exigencia en la calidad de los ingredientes se nota en el resultado de los platillos. En el restaurante de playa Punta Bonita se come cocina mexicana auténtica incluida una salsa de habanero que pica en serio, con vistas al mar y brisa constante. Sin embargo, la pieza de resistencia del hotel es el restaurante Casa del Lago. Aquí el chef, discípulo de la cocina española contemporánea, ha logrado un menú que incorpora la gastronomía contemporánea con los ingredientes locales. Esa noche cenamos ahí, iluminados por antorchas y velas en un ambiente romántico y elegante. La cocina de este lugar está a la altura de cualquier gran restaurante en una ciudad cosmopolita. Es tan bueno que vale la pena llegar a cenar ahí aunque vivas en Cancún, Playa del Carmen o estés de visita en otro lugar. En la manera de preparar los ingredientes del chef hay realmente una pasión y dedicación fuera de serie en un hotel de playa. Durante la cena probamos dos de sus especialidades: la ensalada de sandía con reducción y, de plato fuerte, el cochinillo. «La ensalada es uno de los platillos más exitosos de nuestro menú», nos contó el chef. «Tiene la dificultad de preparar la sandía para alterar los sabores y combinarlos es una verdadera sorpresa para el paladar. El cochinillo lleva por lo menos nueve horas de preparación para que quede suave y jugoso.» Nada que siquiera se asemeje a un club sándwich o a un buffet all-inclusive.
Al otro día probamos el club de playa situado sobre la arena blanca caribeña y con un ambiente muy chic. La alberca se mezcla en el horizonte con el mar y las sombrillas y las cabañas tienen una tela en rayas negras y crudo que nos hicieron sentir una mezcla de rivieras: la italiana con la maya.
Las horas se nos hicieron deliciosamente largas llenas de la naturaleza privilegiada de la Riviera Maya y la atención personalizada de Rosewood. «Buenos días señores. ¿Se les ofrece algo especial el día de hoy?» pregunta nuestra mayordomo Linda. Pienso en el baño mineral que pidió la señora el día anterior y le digo: «Nos puede preparar un baño aromático para esta noche?» No cabe duda que este es un lugar que nos ha hecho sentir consentidos y lujosos desde que llegamos.
Rosewood Mayakoba. Riviera Maya, Tel (984) 875.8000 www.rosewoodhotels.com / www.rosewoodmayakoba.com