Holbox es un emocionante destino que comienza en el muelle de Chiquilá, ahí el popular Ferri de los ?9 hermanos? te conecta con la isla en tan sólo 40 minutos.
Conmigo viajaban las ganas de playa, descanso, naturaleza y los deseos de traerme algunas buenas imágenes a casa.
Una tarde cuando más empeñado estaba en fotografiar gaviotas, apareció de la nada una peculiar escena que era perfecta: dos niños, uno mulato y otro rubio jugaban con una caja en la playa, estaban llenos de arena y parecían hacer equipo mientras un grupo de aves planeaba sobre sus cabezas.
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La luminosidad de la isla, la marea en movimiento y el pequeño muelle que se ve al fondo (muy característico de Holbox, por cierto) enmarcaban la toma, que para mi fortuna quedó congelada en el primer intento.
Encuentra el resto de la crónica en la edición de abril de la Revista National Geographic Traveler.