Un ejemplo de cómo los sitios antes impensables se vuelven parques públicos.
Hoy los espacios urbanos están cambiando, los centros se vuelven peatonales, se promueve el uso de la bici y sitios antes impensables se vuelven parques públicos.
A orillas del río Moskva, en Moscú, una carretera de cuatro carriles y 10 kilómetros de extensión se convirtió en 2013 en un parque que se funde con su entorno. Los pabellones, el anfiteatro y las bancas emulan colinas que crean un paisaje artificial, y está abierto todo el año, las 24 horas. En verano está abierto para peatones y ciclistas, en invierno invita a pasear en trineo, esquiar o patinar.
Encuentra más detalles en la edición de septiembre de National Geographic Traveler.