La cuna del Slow Food, Bra, Italia, será la sede de un homenaje a los productos lácteos.
Centenares de productores de lácteos italianos y extranjeros se reúnen en el centro de Bra cada dos años. Del 18 al 21 de septiembre de este año se exhibirán productos de más de 60 baluartes -proyectos que sostienen pequeñas producciones tradicionales en peligro de desaparecer, recuperan antiguas técnicas de elaboración, salvan de la extinción a razas autóctonas, y variedades de hortalizas y frutas-.
Cheese estará organizado de la mano con la Fundación Slow Food (slowfood.com), que desde hace tiempo está vinculada a queseros y pastores apasionados de su oficio que se resisten a la homologación y a la estandarización de los gustos.
Los visitantes podrán descubrir la extraordinaria biodiversidad de las producciones queseras de muchos países del mundo: desde África a los Balcanes pasando por los Pirineos y los Alpes hasta los pastos de Europa del Norte.
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Este festival, ya en su décima edición, ha impulsado la creación de una red internacional de productores de quesos y artesanos.
Triste panorama para los pequeños productores
Según la Fundación Slow Food, en muchos países europeos el contexto regulador sobre higiene y seguridad de alimentos representa un gran obstáculo para los pequeños productores, que cumplen un importante papel para el desarrollo sostenible y la conservación de la naturaleza en las áreas rurales.
En los países anglosajones la reglamentación respecto de los productos a base de leche cruda ha castigado fuertemente a los productores artesanales, las tradiciones y la conservación de la biodiversidad.
La producción de quesos de leche cruda tradicional se encuentra en peligro en los países de más reciente adhesión a la Unión Europea, donde las autoridades nacionales y regionales responsables de los controles oficiales, no reconocen la flexibilidad prevista por la normativa europea en materia de higiene y seguridad alimentarias e imponen rígidas medidas.
En África la producción quesera es diferente respecto de la europea: los cambios climáticos están causando graves problemas en los pastos, se está perdiendo el hábito de ordeñar a las cabras y las condiciones higiénico-sanitarias representan un importante problema.
Cheese es una excelente plataforma para que los pequeños productores sean reconocidos y se eliminen los intermediarios. Por ejemplo, en Holanda los queseros artesanales llevan siglos a merced de intermediarios que revenden sus quesos sin indicar la procedencia. En Cheese los visitantes podrán degustar el Gouda artesanal extra curado, aún elaborado artesanalmente por tres queseros a partir de la leche de vacas frisonas-holstein, cuyas formas se curan durante un mínimo de 24 meses y pueden alcanzar hasta los cuatro años de maduración. (cheese.slowfood.com)