¿De la vista nace el amor (por la comida)? Dans Le Noir hace la prueba con sus comensales
La cadena de restaurantes Dans Le Noir, propone un ambiente de total oscuridad donde los comensales degustarán platillos y catarán vinos sin ver lo que se llevan a la boca.
La propuesta que estos singulares establecimientos han trasladado exitosamente a ciudades como París, Nueva York, Londres, Moscú o Barcelona es que los clientes vivan una experiencia sensorial enfrentándose, sin la vista, a una diversidad de situaciones, olores y sabores durante su estancia en el local. Nadie tiene la posibilidad de ver qué está comiendo o bebiendo hasta salir del lugar, y sólo con la ayuda de las fotografías de los platillos que se han servido se podrá confirmar si el paladar ha sabido identificar los alimentos. Para lograrlo, los comensales eligen previamente en función de lo que quieren gastar, uno de los «menús sorpresa», los cuales combinan sabores internacionales con alguna influencia de la región en la que se encuentran.
Para que el experimento social sea efectivo, se prohíbe la entrada a cualquier fuente de luz externa como teléfonos celulares, relojes o cámaras fotográficas, que se deben dejar en custodia a la entrada. Pero además de la vivencia gastronómica, Dans Le Noir, propone una forma de crear empatía con las personas invidentes, ya que el personal de los establecimientos, en su mayoría ciegos, se convierten en los guías de los clientes que les ayudan a encontrar su mesa, sus cubiertos e incluso la manera de llegar al baño.