Una fiesta en donde aquellos con ropa blanca son el objetivo predilecto.
Con un pañuelo rojo y vestidos de blanco los combatientes buscan manchar de vino lo más rápido y mejor que puedan a los demás. Usan pistolas de agua o cualquier otro recipiente que pueda contener líquidos. Mientras, no dejan de reír y cantar. Aquellos que continúan con una parte de su vestimenta en blanco son el objetivo predilecto.
La batalla del vino se celebra cada 29 de junio y es consecuencia de la devoción de los habitantes de San Felices de Bilibio.
A mediados del siglo VI, los locales comenzaron a visitar la cueva de los Riscos de Bilibio, lugar en el que se encontraban enterrados los restos del santo patrono, y así peregrinaron al lugar durante muchos siglos.
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?Con el sol en sus espaldas, los jarreros estaban almorzando tras la misa en honor de San Felices, después de la procesión del pueblo a la ermita. Uno de ellos hizo un gesto que se tornó crucial para la vida de los habitantes de Haro, se le ocurrió la feliz idea de refrescar con el vino de su bota a su vecino de mesa?, y así, a comienzos del siglo XX, dieron inicio los bautizos de vino, como los llamaban entonces.
En 1965, la batalla del vino fue nombrada Fiesta de Interés Turístico, y en marzo de 2011 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional (www.batalladelvino.com).