En el parque de las Montañas Rocosas se disfruta un clima agradable, se llenan los pulmones de aire limpio, y se vive un gran asombro.
La época de los pioneros de Norteamérica no se caracterizó precisamente por ser un desarrollo sostenible. Sin embargo, más tarde surgieron aquí los primeros parques nacionales en el mundo. Uno de ellos, el de las Montañas Rocosas, celebra este año su centenario.
Es imposible no dejarse cautivar por la vista panorámica: la mirada vaga por cadenas montañosas y valles, se fija en el "rey de las Montañas Rocosas", el Longs Peak, de 4,346 metros de alto, o los otros 71 picos de más de 4,000 metros. La mirada se desliza desde las cumbres cubiertas de nieve hacia abajo, hacia las praderas con sus manchas amarillas y azules, donde pastan venados. Más abajo, ríos caudalosos alimentados por el agua de deshielo trazan líneas marrones por la vegetación intensamente verde. Así son las "Rockies", las Montañas Rocosas.
Más de 3 millones de turistas estadounidenses y extranjeros se maravillan todos los años ante el esplendor natural del parque nacional, que abarca una superficie de 1,076 kilómetros cuadados y es el de mayor altura en Estados Unidos. Disfrutan del clima agradable, llenan sus pulmones con el aire limpio de la altura y estimulan la circulación caminando.
El hecho de que hoy se pueda disfrutar de este espectáculo natural exactamente igual que hace 100 años se debe sobre todo a Enos Mills. Él es considerado el padre del Parque Nacional de las Montañas Rocosas. La búsqueda de sus huellas nos lleva a Estes Park, un pueblo situado a aproximadamente a una hora y media en coche al noroeste de Denver. A solo pocos kilómetros de esta pequeña localidad, la bisnieta de Enos, Eryn Mills, lleva a los visitantes por la pequeña cabaña de madera de su bisabuelo, convertida en un minimuseo.
"Ese debió de haber sido el día más bonito de su vida", dice Eryn mientras señala una foto ligeramente amarillenta en la que aparece su bisabuelo rodeado de notables de la región para inaugurar oficialmente el Parque Nacional de las Montañas Rocosas.
En realidad, Enos sólo quería disfrutar aquí arriba, cuando tenía 14 años, del aire limpio de la montaña para curar su tuberculosis, relata Eryn. "Sin embargo, la belleza del paisaje lo impresionó y después de encontrarse en 1889 con el conocido naturalista John Muir, ya no podía quitarse de la cabeza la idea de crear un parque nacional". De 1905 a 1915, Mills dio conferencias, escribió artículos y libros y finalmente logró, con el apoyo financiero de empresas, que el Congreso estadounidense aprobara en 1915 la creación del parque nacional.
Desde entonces, Enos Mills y su mujer, Esther, llevaron a muchos turistas por la tundra alpina del parque y hacia la cima del Longs Peak. En la actualidad, guías de montaña profesionales como Andy Barkley continúan con esta tradición. Una de sus excursiones favoritas lleva al turista al "Fern Lake", un lago situado a una altura de 600 metros. El camino está flanqueado por enormes rocas. A ambos lados hay arroyos impetuosos, álamos temblones, aguileñas, margaritas silvestres o lirios. Junto a la cascada Fern retozan petirrojos, chochines y urracas. Incluso los colibrís se sienten a gusto en estas alturas.
A orillas del lago, pescadores de caña han ocupado los mejores lugares para capturar truchas que después vuelven a meter en el agua. Al final de la tarde, la tranquilidad se instala en el lago y la noche les pertenece a solo cinco campistas. Para despedirse, el sol tiñe las nubes de color lila. Antes de que nos metamos en los sacos de dormir, Andy nos tranquiliza: "En la época de los pioneros, los osos negros y lobos fueron exterminados despiadadamente. Sólo se pueden ver todavía de vez en cuando unos pumas".
Lo confirma al día siguiente Erik Stensland. Este fotógrafo paisajista conoce todos los rincones del parque y recorre innumerables veces su red de senderos, que tiene una extensión de más de 560 kilómetros. Muchas veces comienza sus excursiones a la medianoche. En una de esas caminatas se encontró con una pareja de pumas. "La pareja decidió desaparecer entre la maleza después de que yo gesticulara y les gritara vehementemente", cuenta Stensland. Para este fotógrafo, las Montañas Rocosas son un paisaje mágico único, sobre todo por la mañana, cuando despierta la vida en el parque. "Los primeros rayos de sol juguetean con la niebla sobre el lago, acarician las cimas de las montañas, envuelven las praderas, los arroyos y las flores en una suave luz y despiertan en la gente una pasión que normalmente permanece oculta en el interior". Con motivo del centenario del parque, Stensland ha publicado un libro de fotos titulado "Wild Light".
Sin embargo, no todo es paradisiaco en las Montañas Rocosas. Cerca de Breckenridge, Ronnie Picariello lleva a los turistas por un paisaje destruido. "Después de que dos buscadores de oro encontaran aquí, en French Gulch, un terrón de oro de 13 libras, en 1887, comenzó una brutal rapiña a través de los arroyos y los ríos Swan River y Blue River en los alrededores de Breckenridge", cuenta Picariello. Las montañas de grava todavía pudieron ser eliminadas, pero el arsenio, el mercurio y el cianuro de sodio seguirán contaminando durante mucho tiempo el suelo alrededor de las minas desmoronadas, las máquinas y los pueblos fantasma.
Información básica
Cuándo viajar: La mejor época para visitar el parque son los meses de junio a octubre. Con más de 20 grados, los meses de julio y agosto son los más calurosos. A partir de mediados de octubre puede haber fuertes nevadas.
Cómo llegar: En avión a Denver. Desde allí se puede llegar en coche de alquiler en aproximadamente hora y media a Estes Park. El viaje hasta Breckenridge dura unas dos horas. El parque nacional Great Sand Dunes se encuentra a unas cuatro horas hacia el sur.
Alojamiento: Una noche en un hotel de tres estrellas cuesta como mínimo unos 110 dólares (100 euros). Los precios de una habitación en un hotel de cuatro estrellas arrancan desde unos 160 dólares (150 euros). La mayoría de los bancos cobran comisiones cuando se retira dinero en efectivo
Moneda: Un euro equivale a unos 1.10 dólares (14 de julio de 2015).