El crepúsculo resulta ser el momento ideal.
Por más paradójico que parezca, las mejores fotos nocturnas a menudo surgen a la hora del crepúsculo porque en ese momento el contraste entre la luz y el ambiente no es tan grande.
En invierno el crepúsculo es particularmente corto y muchas veces no queda otra opción que fotografiar en la oscuridad. Si entonces no estás conforme con el resultado de la fotografía que sacó el automático programado en la cámara, deberás activar en el menú el modo nocturno.
Alternativamente, también se podrá aumentar la sensibilidad (ISO), pero los expertos aconsejan no superar el valor de 800 ISO.
Una sensibilidad demasiado alta puede provocar que la noche como tal ya no sea reconocible porque la cámara interpreta el cielo negro como gris y ante la falta de contrastes las luces ya no tienen el efecto deseado.
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El resultado será una imagen plana sin dinámica. Este efecto se puede contrarrestar reduciendo el tiempo de exposición de forma manual por una o dos aperturas.
En general los expertos recomiendan que en la fotografía nocturna se seleccione una zona de la imagen que está iluminada por la luz.
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