Los libros digitales son muy útiles, pero en la playa saltan las ventajas de las ediciones impresas.
Confieso mi simpatía por los libros electrónicos. Son prácticos y muy útiles. Sin embargo, confieso también mi abierta predilección por los antiguos libros de papel con hojas impresas. A la hora de hacer un viaje a la playa saltan a la vista las ventajas de este tipo de artefactos que, como decía Jorge Luis Borges, son extensiones físicas del hombre.
En la playa, los libros de papel son perfectos: no importa si caen al agua o a la arena; o si se quedan por horas bajo los rayos del sol; no necesitan pilas ni WiFi.
Sería bueno aprovechar que con motivo de su 20 aniversario luctuoso, la editorial Anagrama acaba de reeditar a precio muy bajo media docena de libros de la escritora tejana Patricia Highsmith (1921-1995). Sus historias de suspenso son increíblemente entretenidas.
Encuentra más detalles en la edición de abril de la revista National Geographic Traveler.