El dueño acepta visitas.
Al acercarse a Petaluma, una pequeña localidad en medio de campos sembrados y gallineros situada a una hora en coche al norte de San Francisco, nada indica que aquí pueda estar la mayor colección de recuerdos relacionada con "Star Wars".
En un edificio reformado, el californiano Steve Sansweet creó su propio imperio, el "Rancho Obi-Wan". No hay carteles ni indicaciones, pero los fans lo encuentran enseguida: la cerca de metal de la entrada está decorada con el rostro del maestro jedi Obi-Wan Kenobi.
Sansweet recibe a los visitantes con una barba blanca, una camiseta negra y sonríe mientras reconoce que está obsesionado con el mundo de "La guerra de las galaxias". En 2013, el Libro Guinness de los Récords lo confirmó: con más de 90,000 objetos catalogados, Sansweet es el mayor coleccionista mundial.
Este hombre de 70 años asegura sin embargo que son muchos más, posee unas 350,000 figurillas, decorados cinematográficos, carteles, trajes y juguetes de todo el mundo, hechos por los propios fans, por el imperio de George Lucas, encontrados en basureros o comprados a precios muy caros en ferias de coleccionistas.
La "Fuerza" sin duda está con él cuando hace una visita guiada de entre tres y cuatro horas con pequeños grupos de fans por el museo. Cuenta anécdotas sin pausa, datos e historias que sólo conocen los entendidos.
Sansweet muestra algo "extremadamente raro" que conserva en una vitrina de cristal. "Una pieza del original del Halcón Milenario del rodaje de ‘El imperio contraataca’", explica que en todo el mundo sólo hay 10.
Una figura de Jawa de 1978 que compró por 45 dólares tiene un valor ahora de varios miles. Orgulloso muestra también unos cucuruchos de cartón hechos en Alemania, un refrigerador R2D2 japonés, dulces de Jar Jar Binks, disfraces de Darth Vader, espadas láser y muñecos de porcelana de Yoda.
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La visita sigue por un baño con pasta de dientes de Star Wars y papel higiénico con soldados imperiales, y continua hacia una biblioteca con miles de libros en 34 idiomas, entre ellos ejemplares de Mongolia y en braile. El propio Sansweet escribió 17 obras sobre la saga.
La siguiente puerta lleva a un enorme almacén con estanterías llenas de objetos y también una "cámara del tesoro" con obras de arte y utilería. La colección se encuentra en lo que en el pasado fueron corrales de gallinas.
Sansweet tenía 31 años cuando lo atrapó la "fiebre" de "Star Wars" en 1977. "No es solo una película, es un fenómeno cultural. Algunos se burlan de los actores y los diálogos, pero la saga ha atrapado a millones de hombres y mujeres en todo el mundo", afirma.
Su primer objeto de colección fue un folleto promocional de la película que recuperó de una papelera en la oficina del "Wall Street Journal" en Los Angeles. Durante mucho tiempo trabajó para el periódico, pero al final hizo de su hobby una forma de vida.
En 1996 se mudó al norte de California y empezó a trabajar en Lucasfilm como jefe de marketing y responsable de la comunicación con los fans. Durante 15 años estuvo ligado a la empresa de George Lucas.
Sansweet no puede esperar a ver la nueva película, "Star Wars: El despertar de la fuerza", que se estrena a mediados de diciembre. Por supuesto, ya tiene una pieza para su colección: una gorra del set de rodaje autografiada por el director J.J. Abrams y estrellas como Harrison Ford y Mark Hamill.
La séptima entrega de la saga ya recaudó en Estados Unidos más de 50 millones de dólares con la venta anticipada de entradas, un récord absoluto.
También Connor Brooks, de 11 años, y sus padres, han comprado ya una entrada para el estreno. El niño celebra la visita guiada y explica que con tres años de edad ya era fan de los filmes. Su personaje favorito es el malvado Darth Vader y a su próximo perro lo bautizará como Vader.
"Esta comunidad mundial de fans comprometidos es fascinante", afirma Sansweet. "Se alegran de esperar junto con los demás mientras hacen la cola en el cine y de transmitir su fascinación de generación en generación".
En su opinión, las películas tienen una atracción mítica. "Son los personajes, el bien contra el mal, el conflicto padre-hijo, el humor y los efectos especiales".
Por ahora no se vislumbra el final de la "Fuerza". Con el anuncio de más entregas cinematográficas están garantizadas también las visitas guiadas al rancho. El cupo de las dos al mes que se realizan normalmente se llena rápido. Sólo hay alguien a quien se espera pero que aún no ha venido. "Hemos invitado a George Lucas, por supuesto. Seguro que algún día se pasará por aquí".
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