El paraíso más allá del Serengueti.
Los turistas aficionados a los safaris se dirigen desde hace décadas a los mismos países: Kenia y Tanzania, Sudáfrica y Namibia. Sin embargo, en otros países menos conocidos hay alternativas que pueden rivalizar con los parques nacionales Serengueti y Krüger.
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Parque Nacional Hwange, Zimbabue
El año pasado, el parque nacional más grande de Zimbabue alcanzó de repente fama internacional: un cazador estadounidense había matado al león Cecil, la mascota del parque. Sin embargo, también sin Cecil hay motivos suficientes para visitar el Parque Nacional Hwange. Manadas de elefantes, jirafas e impalas se desplazan por la sabana, búfalos se revuelcan en los charcos de barro, los leopardos dormitan en las acacias. Y por supuesto sigue habiendo leones.
Las dunas de arena del desierto de Kalahari marcan el suroeste del parque. Hacia el noreste hay sabanas y bosques. Como las cataratas Victoria están situadas a solo 100 kilómetros de distancia, hacia el norte, es fácil acceder también a ellas. (dpaq.de/Qp2xn)
2) Parque Nacional Andasibe-Mantadia, Madagascar
Cuando la niebla envuelve a primera hora de la mañana el bosque en las montañas en el este de Madagascar, un prolongado gemido estridente rompe el silencio del ambiente: es el grito del indri. El lémur más grande del mundo es la estrella del parque nacional, declarado en 2007 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El 80 por ciento de las especies de animales de la isla vive aquí entre helechos arbóreos, orquídeas y árboles gigantes: camaleones, ranas, víboras, pero sobre todo muchos lémures, que se asemejan a monos con grandes ojos y que solo viven en esta isla frente a la costa este de África. (Lee: Madagascar: lémures y magia)
Un programa de reubicación convirtió el parque en refugio para los lémures después de la tala de los bosques donde vivían originalmente. Desde 2006 fueron llevados al parque varios blanquinegros y sifacas diademados. Los dos tipos de lémur se han adaptado bien a su nuevo hábitat y se están reproduciendo magníficamente.
3) Parque Nacional Queen Elizabeth, Uganda
Cuando la reina Isabel de Inglaterra vistó en 1954 la colonia británica de Uganda, este parque nacional, creado dos años antes y situado en el oeste del país, fue bautizado con el nombre de la monarca. Hoy, a los turistas se les ofrece aquí un espectáculo similar al que en su momento pudo ver la reina.
Las poblaciones de los animales salvajes, que fueron cazados masivamente por soldados de la dictadura de Idi Amin, han recuperado sus niveles antiguos. Una excursion en barco por el canal Kazinga permite observar la fauna completa. En el parque viven más de 600 especies de pájaros, entre ellas la grulla real, el ave heráldica de Uganda.
No se necesita la ayuda del guía para reconocer a los cocodrilos, los búfalos y los hipopótamos. Quien quiera ver monos debe bajar a la garganta de Kyambura, que tiene una extensión de 16 kilómetros. Muchos menos turistas visitan la parte sur del parque, famosa por los leones trepadores de Ishasha. (www.queenelizabethnationalpark.com)
4) Parque Nacional Gorongosa, Mozambique
Actualmente, Mozambique se conoce sobre todo por sus playas de arena, arrecifes y tiburones ballena. Sin embargo, en el centro de este país del sureste de África, un empresario estadounidense que se hizo millonario con Internet intenta restaurar el antiguo esplendor del parque Gorongosa. A tal efecto está importando animales salvajes de Sudáfrica para reanimar el parque, que había quedado destruido durante la guerra con casi todos los animales muertos.
El estadounidense lo está logrando: actualmente, los turistas pueden ver otra vez antílopes oribi y antílopes acuáticos pastando en la sabana, elefantes que se abren paso por entre bosques Miombo y babuinos que trepan a las ruinas de la Casa de los Leones. (www.gorongosa.org)
5) Parque Nacional Lopé, Gabón
Ningún mamífero tiene colores tan brillantes como el mandril, escribió alguna vez el naturalista inglés Charles Darwin. Y en ningún lugar hay mejores oportunidades de ver este primate con su nariz roja y cara blanquiazul que en el Parque Nacional Lopé, en la región central de Gabón, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en ambas categorías: naturaleza y cultura.
Desde la Edad de Piedra, la gente se trasladaba desde la costa a lo largo del río Ogooué hacia el interior talando una parte de la selva húmeda. Así nació un biotopo especial, una mezcla de selva tropical y sabana.
Aquí viven elefantes selváticos y muchas especies de somormujos. Por los matorrales caminan chimpancés y gorilas. Leopardos, gatos dorados africanos y gatos de algalia acechan a sus presas. Además de todos esos animales, los visitantes del parque también pueden ver pinturas rupestres. (dpaq.de/fvcR6.)
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