Uno de los restaurantes más sorprendentes de Francia se encuentra en Reims, una de las ciudades estrella de la ruta del Champagne. Adentro del hotel Château Les Cravéres comida gourmet como nunca esperada.
Enclavado en Reims, una de las ciudades estrella de la ruta del champagne, se encuentra una de las cocinas más sorprendentes de Francia, la del restaurante del hotel Château Les Crayéres. Bajo el mando, desde 2005, del joven chef Didier Elena (chef del año 2006 en las guías Champérard y Pudlowski), quien apenas ha pasado de los 30 años, lo que el comensal encontrará en este lugar es refinamiento, elegancia y una experiencia al paladar donde la frase «los opuestos se complementan» quedará comprendida cabalmente.
Cocina de tensiones, Didier Elena ha creado juegos binarios que van desde mezclar productos cocidos con crudos, fríos con calientes, lujosos con rústicos o sabores y texturas sofisticados con acentos naturales y básicos. Desde el primer plato hasta el postre es una experiencia visual, táctil y olfativa. Cada plato es una pequeña escultura, un espacio modelado para la seducción de cada sentido. Al igual que el servicio, puntual, atento a las preguntas de los comensales sorprendidos que quieren saber, y entender qué se están llevando a la boca. Su presencia es una suerte de coreografía que da el toque final de refinamiento.
Los platos presentan sabores no pretenciosos, mezclados con sabores exactos y deliciosos, como el foie gras de la casa cubierto por una pequeña salsa de trufas acompañado por otro pedazo de foie que lleva una cubierta de hongos silvestres cortados en finas láminas (ying y yang sobre su plato). Didier también es uno de los chefs, como una gran mayoría que se han unido a esta tendencia, a utilizar en su cocina los productos de la región y de la temporada, por lo que no es extraño que, en el primer tiempo del menú, entre las entradas destaque una pequeña croqueta rellena de queso suave y champagne.
Desde el carrito de los panes (con más de 20 variedades rústicas y otras altamente sofisticadas), la mantequilla (la teoría que dice «donde el pan y la mantequilla son superiores hay un buen restaurante», no es nada falsa) hasta el carrito de los postres (una orgía para los amantes del dulce), desde la deconstrucción de los elementos hasta su reconstrucción en el plato, todo el juego de sabores y texturas que logra Didier, de excelencia su manejo en pescados y carnes, dan como resultado una cocina de evolución. Cocina que maneja también el humor, que interpreta clásicos de la cocina francesa. Pescados, cerdo, cordero, frutos del mar; trufas, pistaches, espárragos; fritos, cocidos, salsas que redescubren sabores, Didier se divierte jugando con crear platos donde los elementos generan una serie de relaciones: cada plato presenta una composición visual que hace eco en sus matices de sabor al paladar.
Didier Elena también ha creado platos en honor a varios de los champagnes de la región, así ha creado su «escalopas con foie gras pasadas por cacerola, langosta/cítricos/frutas/champagne» en honor al Vintage Rosé de la casa Gosset. También ha realizado opciones de entradas con este dorado líquido, así el comensal pasa por varios momentos en su encuentro con el champagne: frío ?en la copa? y caliente o tibio en la comida.
Cabe decir que el restaurante del Château Les Crayéres ocupa el primer nivel del castillo, rodeado por un jardín bellísimo, por lo que la vista, según la mesa asignada, puede ser espectacular. Vale la pena reservar.