La falta de un programa sustentable en la obras viales puede afectar directa e indirectamente a un ecosistema.
Al circular por autopistas del norte de México, el guía hizo notar cómo la carretera interrumpía el escurrimiento natural de las escasas lluvias de la zona hacia el otro lado del asfalto: de un lado, crecían matorrales y chaparrales, mientras que del otro habían, con escacés, algunos pastizales.
Las carreteras mal planeadas provocan un efecto de barrera, afectando a los ecosistemas. En este caso el asfalto impedía el flujo natural del agua de la lluvia y el paso de la fauna hacia el otro lado del camino. Adenás, muchas especies contribuyen a dispersar semillas de los frutos que consumen, y estos dejan de crecer en un lado, pues los animales no atraviesan la carretera. A la larga, el alimento falta, se alteran sus hábitos reproductivos y con ellos la viabilidad de ciertas especies.
El círculo verde de las carreteras.
No sería este el primer tema en que los estudios previos, la buena planeación y un marco jurídico adecuado sea la formula que logra compensar la falta de recursos. La bióloga Patricia León Flores plantea que un sistema de clasificación de carreteras «verdes» que gener riqueza.
«El esquema se basa en la protección del entorno con zonas de conservación forestall, proyectos productivos, captación de agua pluvial, pasos de fauna y cobro de servicios ambientales que se cubren con una buena parte del peaje» dijo León Flores.
Según Patricia León, entre los beneficios están: la conservación de suelos al margen de la vía, captación e infiltración del agua de lluvia, belleza escénica, generación de ingresos económicos para dueños y poseedores de terrenos adyacentes, implementación de proyectos productivos alternativos y ecotecnias en comunidades vecinas a la carretera.