Encontramos un lugar espectacular con aguas de color rosado oscuro, y parvadas de flamingos.
Continuamos por el sur Boliviano, los caminos no mejoraron, pero al menos pudimos seguir haciendo avances.
En vez de seguir por la planicie comenzamos a subir por las laderas de una montaña.
Una vez más los caminos se partían en cinco o seis, pero seguimos el rumbo que dictaba la brújula y el sentido común.
Un par de horas después encontramos el Salar de Chiguana, menor que el de Uyuni, pero también espectacular.
La falta de señalamientos nos dejó un poco perdidos, pero finalmente pudimos llegar al pueblo de Villa Mar, donde encontramos una tienda abierta y compramos algo de comida.
Pudimos parar aquí, pero mejor seguimos hasta Entre Rios y pasamos la noche ahí.
Repusimos fuerzas y al día siguiente salimos temprano con la idea de llegar hasta la frontera con Chile.
La lucha con la arena siguió por un par de horas más y finalmente llegamos a la entrada de la Reserva de Fauna Andina Eduardo Avaroa. Pagamos la costosa entrada y tomamos camino hacía la Laguna Colorada.
El camino cambió de arena, a profunda y fina grava, la que me cobró una nueva caída, aunque pude reponerme para llegar a la laguna. Ahí encontramos un escenario espectacular, las aguas son de color rosado oscuro causado por los minerales del lugar.
El color de la laguna cambia con la luz y el ángulo desde el que se observa.
Rodeada por montanas, es alimentada por un río de color sangre y para cerrar la escena, parvadas de flamingos habitan el lugar.
Dejamos atrás este sitio para buscar la Laguna Verde y la Laguna Blanca; los escenarios de las dos son parecidos, pero el color de las aguas y la tierra que las rodean las hace únicas.
Además, lo desolado del lugar, la falta de aire por la altura y las montanas que las circundan causan que parezca algo fuera del planeta.
Cerca de Laguna Verde, buscamos la aduana Boliviana y para nuestra sorpresa la encontramos en un pequeño puesto en lo alto de un cerro a más de 5,000 metros sobre el nivel del mar, posiblemente la aduana más alta del mundo.
Más adelante, la nieve y el hielo comenzaron a verse en lo alto de las montañas, seguimos avanzando por este extremo altiplano hasta que a lo lejos vimos una solitaria casa habitada por un policía, aquí hicimos los tramites migratorios y por fin cruzamos la frontera con Chile, de vuelta a la civilización.