Encontramos un valle productor de vino y pisco en las escarpadas montañas sobre el río Elqui y nos recibió una inesperada helada.
Nos despedimos momentáneamente de la costa del pacifico sur en una mañana lluviosa, y rápidamente recorrimos camino tierra dentro hacia la cordillera de los Andes. Conforme íbamos ascendiendo, la carretera se volvía mas escénica y en una parte mostró una bella presa llamada embalse Puclaro. A partir de este lugar, seguimos bordeando las orillas del río Elqui, que da nombre a este valle.
A pesar de que el espacio entre las montañas se volvía bastante estrecho, varios pueblos florecen en sus laderas, especialmente beneficiados por el cálido microclima que encuentran en el valle. Vicuña, una de las locaciones mas grandes de la región, famosa por ser el lugar de nacimiento de la poetisa Gabriela Mistral, y los pobladores no esconden su orgullo.
Casi en el fin de la ruta, la cual termina en la frontera con Argentina, paramos en el pueblo de Pisco Elqui, un pintoresco lugar donde se puede probar la producción local de pisco y el queso de cabra típico de la región. Este lugar también es famoso por su espectacular cielo nocturno, del cual se han aprovechado varios observatorios profesionales, desafortunadamente, cuando llegamos el cielo estaba nublado y no pudimos observar las estrellas.??Un poco decepcionados, recorrimos el pueblo y más tarde levantamos nuestro campamento a las orillas de un pequeño riachuelo. Antes del anochecer, nos dimos cuenta que en lo alto de las montañas comenzaba a nevar y ya caída la noche, sentimos la verdadera helada incluso dentro de nuestras bolsas de dormir.??Al día siguiente, tuvimos dificultades para volver a entrar en calor después de la fría noche y quedamos sorprendidos cuando los locales nos dijeron que ese tipo de heladas solo pasaban una vez cada diez o quince años. No vimos las estrellas, pero al menos experimentamos esta inusual helada.